El presidente de los Portland Trail Blazers y máximo cargo ejecutivo de la franquicia de Oregón, Larry Miller, ha presentado su dimisión. Miller, que informó el viernes al propietario del equipo, Paul Allen, de su decisión, regresará a su antiguo puesto en la firma Nike.
Miller, de 61 años, ha sido durante los últimos 5 el máximo responsable de la franquicia y su cara más visible ante la liga y la prensa, representando al archimillonario Allen en el Comité Ejecutivo de la NBA y en el comité laboral que negoció el último convenio. Le restaban 2 años de contrato, pero cree que es el momento de irse.
“Es el mejor momento y lo mejor para mí”, ha asegurado al Oregonian el siempre afable Miller, que regresará a su antiguo desempeño en la firma deportiva Nike como presidente de la marca Jordan.
Como especialista financiero, Miller ha sido uno de los principales responsables de sanear la contabilidad y estabilizar económicamente a una franquicia que atravesaba por serios problemas antes de su llegada.
En el último año, dada la falta de un general manager en el equipo -Chad Buchanan ocupaba el cargo de forma interina-, Miller se vio obligado a inmiscuirse más en las decisiones baloncestísticas y ejercer de portavoz de las mismas, algo que le incomodaba y que le acarreó algunas críticas, dada su falta de conocimientos en lo que respecta a la gestión puramente deportiva.
Entre los puntos negros de su estancia al frente de la franquicia, cabe destacar precisamente las dificultades de convivencia con los que fueron los máximos responsables deportivos del equipo, aunque aquí la figura de Allen haya tenido mucho que ver. Unos problemas que llevaron al despido primero de Kevin Pritchard, pese a su exitosa trayectoria al frente del equipo, y apenas 1 año después al de su sucesor, Rich Cho.