Barrida en toda regla de Minnesota Timberwolves a Phoenix Suns. Triunfo en el estado de Arizona 116-122 para proclamar a los cuatro vientos un contundente 4-0 que deja K.O. a los Suns, un equipo que ha protagonizado una temporada francamente decepcionante.
Los Wolves pasan a semifinales de conferencia. Allí esperarán al ganador del Nuggets-Lakers.
Triunfo de los Timberwolves en otra portentosa exhibición de Anthony Edwards, que acabó con 40 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias, 7 triples y notables porcentajes de tiro, tras meter 31 puntos en la segunda parte y 16 en el decisivo último cuarto.
Superó Minnesota una circuntancia ciertamente anómala y muy adversa. Cuando el marcador estaba 113-117 y aún quedaba 1:41 para el final el equipo visitante se quedó sin su entrenador jefe, Chris Finch, del modo más inesperado, tras caer lesionado debido a una colisión con su jugador Mike Conley.
Conley botaba en carrera, le desequilibró Devin Booker y el base de Minnesota se fue contra la banda chocando con Finch, que terminó en el suelo tras recibir un serio golpe en una rodilla. Tuvo que abandonar la pista renqueante camino de los vestuarios apoyado en dos miembros del equipo. No tenía buena pinta y después del partido se confirmó lo peor: rotura del tendón rotuliano de la rodilla derecha.
Pues bien, a pesar de ese serio contratiempo (segundos antes del mismo Edwards dio un pequeño susto que no pasó a mayores), Minnesota fue capaz de seguir centrado y ganar el partido, salvando la espectacular actuación del local Devin Booker, autor de 49 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y un 20 de 21 desde el tiro libre.
Estos Wolves son un gran equipo comandado por un grandísimo líder, Edwards. Un equipo muy equlibrado y que se está mostrando muy maduro.
Acompañaron a Edwards un gran Karl-Anthony Towns (28 puntos, 10 rebotes, 11 de 17 en campo y 4 triples) y un notabilísimo Jaden McDaniels (18 puntos y defensa). Con Rudy Gobert jugando solo 25 minutos por arrastrar problemas de faltas.
Esos problemas de faltas también afectaron con crudeza a Phoenix, que vio cómo Jusuf Nurkic y Josh Okogie se metían en serios problemas y cómo Bradley Beal era eliminado con solo 9 puntos en su haber.
El problema de los Suns, más allá de que es un equipo que no defiende, radicó en que solo tuvo 2 jugadores en ataque. El citado Booker y Kevin Durant, que hizo un partidazo pero solo metió 2 puntos en el cuarto final. Acabó Durant con 33 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias, 4 tapones y 12 de 17 en campo teniendo que estar en pista 46 minutos.
A Phoenix le mató otra vez el rebote y la defensa, puntos claves en su particular calvario con Minnesota, un calvario que envía a casa en primera ronda a un equipo que había juntado un muy mediático big three con vistas a aspirar a todo, pero que durante la temporada ya evidenció carencias que se han agudizado en el momento de la verdad, más aún con Grayson Allen lesionado. Frank Vogel nunca pareció dar con la tecla adecuada.
Minnesota, por el contrario, hizo un temporadón y en esta primera ronda ha refrendado todo su poderío. Se presenta una segunda ronda apasionante.