Se acabó. La gris temporada de Brooklyn Nets toca a su fin y lo hace de la forma más catastrófica: yéndose de los playoffs con un 4-0. En el polo opuesto unos Celtics que llevan ya un tiempo mostrándose como el mejor equipo de la competición, unos Celtics intratables.
Victoria de Boston 112-116 en el Barclays Center para redondear el humillante 4-0, siendo la serie Celtics-Nets la única de las 8 de la primera ronda de los playoffs que finaliza de un modo tan contundente, lejos, muy lejos, de las previsiones iniciales que hablaban de una serie a cara de perro que se prolongaría hasta los 6 o 7 partidos.
No compareció Ben Simmons en la que a la postre hubiera sido su última oportunidad para jugar en la presente temporada, un último partido al que Brooklyn acudía con las máximas urgencias y en el que, sin embargo, no estuvo por delante en el marcador en ningún momento de los 48 minutos de juego, lo que habla bien a las claras del férreo control ejercido por unos Celtics que se desempeñan como equipo frente a unos Nets que abogan por la calidad individual sin construir nada semejante a algo colectivo, algo que se hace más patente a la hora de defender.
Siempre a remolque los Nets, siempre a expensas de los Celtics para acabar, eso sí, peleándola duro al final con el único objetivo de evitar el bochorno de la barrida. Pero la barrida llegó, llevándose por delante un equipo lleno de nombres muchas veces vacíos, una escuadra cargada de lastres (Irving a medio jugar en la temporada, algunas lesiones importantes, Harden en franca retirada para irse a Sixers, Simmons sin aterrizar nunca...) que terminó séptima, y gracias, en temporada regular, que tuvo que acudir al play-in y que cae en primera ronda de las postemporada por la vía exprés.
Boston volvió a mostrar su mejor catálogo, jugando a rachas, pero jugando siempre, alcanzando una máxima ventaja de 15 puntos (75-90) en el tercer cuarto, sobreponiéndose a la eliminación de Jayson Tatum a 2:48 del final después de una sexta falta dudosa muy bien provocada por Goran Dragic y exhibiendo durante todo el partido su excelente competitividad.
La filosofía Udoka funciona, parece haber venido para quedarse, un equipo, estos Celtics, que defiende a un nivel top, una escuadra que tiene sus piezas bien engrasadas y que espera ir recuperando al mejor Robert Williams III y un grupo con un líder indiscutible llamado Tatum. Estelar una vez más el alero.
Tatum firmó 29 puntos, 5 asistencias y 4 de 6 desde el triple antes de dejar el juego por cometer 6 faltas, liderando así un big three completado por Jaylen Brown -otro gran partido el suyo con 22 puntos y 8 rebotes, aunque mal desde el triple-, y Marcus Smart, que no baja la guardia, con 20 puntos, 11 asistencias y solo 1 pérdida de balón.
Además, 14 puntos con gran acierto desde el triple de Grant Williams, que brilló en la primera mitad, y 13 puntos y 6 rebotes en 26 minutos del dominicano Al Horford, que solo pudo jugar 6 minutos en la primera parte por culpa de las faltas, pero que se resarció en la segunda disputando 20 minutos, siendo importante y metiendo una canasta decisiva que supuso el 109-113 con 13,7 segundos por jugar. Buena primera mitad de Derrick White y 14 minutos para Robert Williams III en su camino para ponerse a tono tras su lesión.
Brooklyn vivió de la extrema actuación de Kevin Durant, que prácticamente no descansó en todo el partido para hacer 39 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias tras lanzar 31 tiros de campo cuando en el anterior partido solo había ejecutado 11.
Durant lo dio todo tras venir de un 19 de 52 en el tiro y 17 pérdidas de balón en los 3 primeros partidos de la serie, pero al final no pudo acertar los tiros clave, en gran parte por el hecho de que estaba agotado a raíz de que Steve Nash le tuvo 47 minutos en pista.
Lo de Nash resulta desconcertante. Exprimió a Durant hasta los 47 minutos, solo puso en juego a Andre Drummond 4 minutos, redujo la presencia de Bruce Brown a 24 minutos cuando venía de ser de lo mejor de su equipo y rescató otra vez al defenestrado Blake Griffin dándole 18 minutos y dejándole en pista en el momento en el que todo estaba en juego.
Más allá de Durant, destacar el partidazo de Seth Curry, comportándose como un auténtico killer desde la larga distancia para meter 23 puntos, y las buenas aportaciones de Goran Dragic y Nic Claxton desde la segunda unidad, aunque Claxton enturbió su noche con un espantoso 1 de 11 en los libres tras errar sus 10 primeros tiros. Bochornoso.
De Kyrie Irving lo mejor que se puede decir es que no desentonó mucho y lo peor que se puede afirmar es que ni sintió ni padeció. Estuvo lejos de mostrarse mínimamente emocional, muy al contrario que Durant, y se le vio poco implicado. Su partido fue gris: 20 puntos sin ningún atisbo de intensidad. Como si no fuera la cosa con él.
Boston, que sigue dando muestras de ser un equipo inabordable, se enfrentará en segunda ronda al ganador del Bucks-Bulls. Todo apunta a que será Milwaukee. El duelo Celtics-Bucks promete ser una locura.