Más de uno se quedó anoche con la boca abierta. Channing Frye volvió a jugar al baloncesto tras estar 16 meses sin participar en un partido. Contrariamente a lo que cabía suponer, su rendimiento resultó asombroso. Grandes números para un gran regreso.
Frye jugó 16 minutos en el tirunfo de Phoenix Suns, su actual equipo, ante Portland Trail Blazers, un conjunto para el que jugó en el pasado. Pues bien, en esos 16 minutos, el jugador logró 14 puntos con un 5 de 6 en el tiro de campo que incluyó un 3 de 4 desde el triple. Una productividad sorprendente.
El pívot de los Suns había jugado su último partido el 21 de abril de 2012. Entonces, se le descubrió una grave afección cardíaca. Se trataba de una cardiopatía dilatada, que no es otra cosa que una hipertrofia cardíaca que lleva a una dilatación progresiva del corazón, perdiendo este órgano eficacia a la hora de bombear la sangre.
La dolencia era tan seria que le dejó en blanco toda la temporada pasada y amenazó con arruinar para siempre su carrera deportiva.
Tras un peregrinaje médico sin fin visitando las consultas de los mejores especialistas de Estados Unidos, este verano se dijo que estaba en vías de regresar al juego y a principios de septiembre el propio jugador aseguró que tenía vía libre para jugar. Por lo visto anoche, Frye está dispuesto a exprimir al máximo esa vía.