La crisis parece haber golpeado a la NBA con menos dureza de la que se preveía al inicio de la actual campaña. Así se desprende de la revisión realizada por la liga en lo referente a la estimación del tope salarial que se aplicará la próxima temporada.
David Stern, comisionado de la NBA, ha asegurado que las últimas proyecciones realizadas estiman que el tope salarial del año que viene, que se calcula en función de los ingresos de los equipos, estará en torno a los 56,1 millones de dólares.
Una cifra por debajo de la actual, 57,7 millones, pero muy por encima de las previsiones que la propia liga envió a los equipos el verano pasado y que hablaban de una cifra de entre 50,4 y 53,6 millones. La cifra final no se conocerá hasta que los equipos pongan en común sus cuentas a principios del próximo mes de julio, justo antes de que se abra el mercado de fichajes para la próxima temporada.
En todo caso, se trata de una gran noticia para todos aquellos equipos que han apostado por liberar salarios de cara al próximo verano ya que el margen de maniobra con el que contarán en el mercado estival será superior al esperado.
Stern ha realizado el anuncio tras la reunión del Comité Ejecutivo de la liga, una reunión en la que, una vez más, se ha decidido ampliar el uso de las repeticiones de video –la próxima temporada se podrán utilizar durante las prórrogas para dirimir la posesión de los balones que hayan salido fuera del campo- y en la que, como ya se anunció, no ha habido decisión sobre la venta de los Nets, una decisión que se espera sea tomada a mediados de mayo.