NCAA / FINAL FOUR 2010

Butler conserva su sueño y se enfrentará en la final a Duke

Michigan State y West Virginia caen en las semifinales de la Final Four

Más de 71.000 espectadores presencian cada uno de los partidos

hispanosnba.com |

Pocas veces se dará una final tan desequilibrada si se mira el palmarés de los equipos. Butler en su primera irrupción en una Final a Cuatro aspira a un título sorprendente. Duke, con uno de los mejores historiales nacionales, quiere corroborar su condición de favorito en la final.

Porque estas son las 2 universidades que el lunes se jugarán el título universitario estadounidense en el mastodóntico Lucas Oil Stadium de Indianápolis, que en la tarde-noche del sábado, en las semifinales, registró una entrada de 71.298 espectadores. Bendita locura esta competición, locura que de marzo desemboca en este abril de definición.

No hay duda de que este desequilibrio, la modestia de una universidad mediana de Indiana que juega en casa comparada con el poderío de la universidad de Carolina del Norte, ya ha empezado a generar todo tipo de literatura deportiva llena de entusiasta épica, una literatura guerrera que va desde David y Goliat hasta el 'espíritu Hoosier'.

Por ello, el lunes se espera una final tremendamente mediática para una Final Four que, por calidad de sus contendientes, no pasará a la historia.

Lo peor de la jornada, la gravísima lesión de Da'Sean Butler, líder de West Virginia y una de las grandes estrellas universitarias del momento.

Butler 52 Michigan State 50

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Los chicos de Tom Izzo habían jugado durante todo el Torneo de la NCAA con fuego y no se habían quemado, lo que les había llevado a ganar sus 4 enfrentamientos previos por distancias mínimas y de forma heroica. Pero ayer se toparon con los Bulldogs, equipo en estado de gracia que ya suma 25 triunfos consecutivos.

No fue un buen partido, pero sí fue el Lucas Oil Stadium una fantástica caja de resonancia de los más atávicos sentimientos, porque esta primera semifinal estuvo muy disputada y resultó muy, pero que muy emocionante.

La primera parte fue de los Spartans y sin embargo terminó en empate a 28. Todo un indicio. Y es que Butler fue capaz de ganar una semifinal en la que encestó el ¡30,6% de sus tiros!.

Michigan State empezó como un tiro en ataque e interpretando a las mil maravillas su espectacular baile zonal, pleno de estética y coordinación. Es cierto que a las primeras de cambio se les puso con personales Morgan, pero no es menos cierto que igual sucedió en el bando contrario con Matt Howard.

Ese inicio marcadamente ofensivo alarmó enormemente en las filas de Brad Stevens, equipo que fía gran parte de su éxito a su gran defensiva. No en vano ha ganado todos sus partidos del Torneo de la NCAA dejando a sus rivales por debajo de los 60. Y claro, haber recibido 18 puntos en el ecuador de la primera parte no entraba dentro del guión.

Por eso, la defensa local fue ganando en intensidad y agresividad, fue abordando mejor las líneas de pase, y el partido se encalló para no volver jamás a la fluidez de sus inicios. Michigan State estuvo incluso más de 5 minutos sin anotar y un triple de Shelvin Mack llevó el empate a 28 al descanso. Una primera parte en la que las dos estrellas de Butler, su primera -Hayward- y su segunda -Mack-, sumaron 25 de los 28 puntos de su equipo y anotaron todos los tiros en juego de los Bulldogs, pues el resto de sus compañeros firmaron un 0 de 7.

Si la primera parte fue de Michigan State, la segunda fue de Butler, que controló, hasta cierto punto, el marcador, llevando la iniciativa, aunque nunca adquiriera ventajas superiores a los 7 puntos.

Morgan y Howard siguieron con sus problemas con las personales, Lucious y Summers firmaron un maravilloso alley-oop, Hayward tomó definitivamente el mando de las acciones locales, aunque con más ayudas, y Michigan State se fue ahogando por su escaso celo en la protección del balón. Porque las pérdidas fueron parte importante de su perdición (cometieron 16) junto con su desacierto en los tiros libres (5 de 12 en la segunda parte).

Así se llegó a un final de infarto en el que, con 50-49 para Butler, Izzo pidió un tiempo muerto a 23 segundos del final para idear una jugada ganadora. Pero el uno contra uno de Draymond Green en el poste ante Gordon Hayward lo ganó el defensor, que taponó el intento de su par a 6 segundos del final. El balón cayó en manos de Nored y hubo falta.

Nored, que a pesar de no anotar mucho, hizo un partido muy serio, no se amedrentó y con toda la tensión en el cuerpo anotó los 2 tiros libres (52-49). E Izzo, entre discusiones por unas décimas hurtadas al marcador, pidió otro tiempo muerto. Pero, claro está, Butler no permitió el triple del empate e hizo una falta personal.

Llegó el momento decisivo, restaban 2 segundos. Lucious lo hizo perfecto. Anotó el primero y tiró el segundo a fallar en busca de un rebote y la posibilidad del empate a 52, pero ese rebote fue a las manos del mejor del partido, Gordan Hayward, que se lo quedó con el balón bien sujeto como quien agarra un sueño que no quiere soltar.

Fue Hayward el mejor de los ganadores con 19 puntos, 9 rebotes, 2 tapones y 2 robos en 39 minutos de juego, seguido por Mack (14 tantos en 26 minutos) y las aportaciones menores de Veasley y Nored, decisivo al final.

En los Spartans, Durrell Summers hizo 14 puntos y 10 rebotes, Korie Lucious se fue a 12 con 4 asistencias, aunque perdió 5 bolas, y Draymond Green sumó 12 y 6 rebotes.

Y mientras se desataba la locura en las gradas, Kalin Lucas, el lesionado base de Michigan State, maldecía la derrota apoyado en sus muletas y el más insigne miembro de Michigan State, 'Magic' Johnson, vestido con la indumentaria de su ex universidad se entristecía en la grada.

Duke 78 West Virginia 57

La segunda semifinal fue bien distinta y estuvo presidida por la desgracia, en forma de grave lesión de la estrella de West Virginia, Da'Sean Butler. En ella, los Blue Devils de Mike Krzyzewski no dieron opción alguna a West Virginia, que aguantó como pudo en la primera parte (39-31) para perder fuelle en la segunda hasta ser enterrada por la fantástica ofensiva de Duke.

Y es que Duke llevó a la pista todo lo planteado por 'Coach K' en la pizarra. Nada falló. Cumplió el partido perfecto, más aún al tratarse de una semifinal de Final Four, encuentro de máxima responsabilidad y tensión.

Esta vez sí que se puede decir que la estadística es el bisturí perfecto con el que diseccionar las interioridades de un partido transparente como el agua. Porque los números, en este caso, no mienten y son demoledores.

Los Blue Devils eran hasta aquí el mejor ataque, de largo, de los 4 participantes en la Final a Cuatro y bien que lo corroboraron. Anotaron el 52,7% de sus tiros -altísimo acierto para un partido universitario de este nivel competitivo-, bombardearon a su rival desde el triple (13 de 25), asistieron 20 de las 29 canastas en juego que lograron y sólo perdieron 5 balones. Una máquina ofensiva bien engrasada, un trabajo de vanguardia encomiable.

Y además defendieron excelentemente, tapando las líneas de juego del rival en su ofensiva a partir de detener la producción de su gran figura, Da'Sean Butler, que se destrozó la rodilla, y de uno de sus grandes escuderos, Kevin Jones.

Mientras que Butler y Jones deambulaban como podían por la cancha del Lucas Oil Stadium, el trío estelar de Duke (Scheyer-Singler-Smith) firmaba un partido de ensueño.

Butler se quedó en 10 puntos y Jones en 6. Entre los 2 totalizaron 4 de 14 en el tiro y su equipo lo notó, pues tuvo que tirar de otros hombres. Del esperado y talentoso Devin Ebanks, que con 11 puntos tampoco es que tuviera una noche agraciada, y del inesperado Wellington Smith, que fue el que mejores números hizo (12 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias y 2 tapones) y llevó a los suyos a 7 puntos de su rival a falta de 14 minutos. El momento más peligroso para Duke.

Porque esta vez, el factor Mazzula no surgió, ya que Mazzula volvió a ser el Mazzula de toda la temporada, un poco mejorado eso sí, pero nada que ver con el que irrumpió dando un portazo en la final regional para alcanzar la primera Final Four de los Mountaineers en 51 años.

Enfrente, 3 líderes en un mismo equipo ejerciendo de ello, sin fisuras, machacando la defensa contraria como martillos pilones. El base Jon Scheyer -23 puntos, 6 asistencias y 5 triples-, Kyle Singler -21 tantos, 9 rebotes, 5 asistencias y 3 triples- y Nolan Smith -19 puntos, 6 asistencias y 4 triples-. Ninguno falló.

Para que se hagan una idea del peso de estos 3 hombres: anotaron 63 de los 78 puntos de Duke, hicieron 12 de los 13 triples del equipo (12 de 23 fue su serie) y dieron 17 de sus 20 asistencias. Tremendo.

A ellos, sólo se sumó a la fiesta el gran trabajo en tableros de Zoubek (6 puntos y 10 rebotes).

Duke ya está en la final. Es un clásico de esto. Son casi 3 décadas de éxitos bajo la batuta de Krzyzewski. No ganan los Blue Devils el título desde 2001. Ahora tienen una oportunidad enorme de alcanzar su cuarto campeonato.

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