La vida es así. La mejor actuación como jugador universitario en Estados Unidos del argentino Juan Fernández coincidió con el peor día en la presente temporada de su compañero hispano de equipo, el español Sergio Olmos. Temple venció a Richmond 74-65 y Fernández empieza a crecer.
El base argentino aprovechó el anonimato de una jornada maratoniana en la que se jugaban 152 partidos universitarios. Fue el sábado cuando Fernández, una gota diminuta en ese océano de jugadores, se vistió con sus mejores galas baloncestísticas y empezó a brillar en la NCAA al anotar 15 unidades.
Fernández no había jugado los 11 primeros partidos de la temporada con Temple, pero sí ha participado en los 9 siguientes. Su universidad amasa hasta la fecha un balance de 12 triunfos y 8 derrotas. Pero curiosamente, sin la presencia de Fernández el balance es 5-6 y con él en pista la marca se dispara hasta un espectacular 7-2.
El número 4 de Temple saltó a la pista dispuesto a hacer valer su calidad, una calidad que le ha llevado este año a la NCAA en el que es su primer año universitario.
Un partido extrañísimo
El encuentro disputado entre Temple y Richmond resultó muy extraño, tanto fue así que se podría calificar sin duda como un encuentro estrambótico por el antagonismo existente entre su primera parte y la segunda. Un contraste que pocas veces se da de forma tan extrema en el baloncesto. Y es que el parcial de la primera mitad fue 16-13 y el de la segunda marcó un espectacular 58-52. Nadie se lo explica aún.
Lo cierto es que en ese extraño partido, Fernández empezó a demostrar que atesora virtudes, y muchas, para regalar satisfacciones al aficionado argentino en particular e hispano y no hispano en general.
Acabó Fernández con 15 puntos, 2 rebotes, 2 asistencias y 1 robo en los 24 minutos que estuvo en cancha partiendo de la suplencia, una corta suplencia porque su entrenador utilizó una rotación de tan solo 7 chicos. El base argentino consiguió 2 de sus 5 tiros de campo, incluido 1 de 3 triples, y se fue nada menos que 12 veces a la línea de personal, ejecutando con éxito 10 de esos 12 tiros.
Su fantástico rendimiento coincidió con una noche negada del español Sergio Olmos. El pívot titular de Temple jugó 15 minutos en los que dejó todos sus casilleros estadísticos en blanco, salvo el de balones perdidos -2- y faltas personales -1-. Un día para olvidar cuanto antes en lo personal, aunque la victoria reparó bastante el daño de una partido tan nefasto.
Mientras, en el otro bando, en Richmond, un jugador estadounidense con indudable ascendencia hispana, David Gonzalvez, se marcaba una actuación memorable que no servía para dar la victoria a su equipo. Su tarjeta de presentación: 36 puntos y 6 rebotes. Anotó, pues, más de la mitad de los puntos de su equipo.
Una trayectoria en progreso
Fernández ha disputado hasta ahora 9 partidos en su temporada de debut en la NCAA, promediando 6 puntos, 2,1 rebotes y 2,7 asistencias en 20 minutos de juego. Son buenos números para un 'freshman' que además viene de fuera.
Hasta ahora ha flojeado en el tiro doble, pero se está desenvolviendo con excelente soltura desde más allá del arco, ya que su porcentaje de 3 se sitúa en el 50%.
Habrá que estar atento a la evolución de este jugador en la Liga Universitaria estadounidense. Por de pronto, sienta las bases para darse a conocer en un territorio plagado de jóvenes brillantes que persiguen un mismo sueño: llegar a la NBA.