ECONOMÍA

Utah Jazz invertirá 100 millones de dólares en renovar su estadio

La franquicia opta por una gran reforma del Vivint Arena en vez de construir un nuevo pabellón

Enrique Calvo |

El Vivint Arena, estadio de los Utah Jazz, sufrirá una importante remodelación (via Utah Jazz)

En torno a los 100 millones de dólares. Esa es la nada despreciable cantidad de dinero que los Utah Jazz tienen pensado invertir en llevar a cabo una total renovación de su ya vetusto estadio, el actual Vivint Arena, al que los aficionados más veteranos aún recordarán como Delta Center, el nombre con el que nació en 1991.

Desde ese año, los Jazz abandonaron el ya demolido hace tiempo Salt Palace para jugar en el por entonces flamante nuevo pabellón, pero hoy, 25 años después, ese estadio está lejos de cubrir los estándares que la NBA exige a sus canchas de juego, especialmente en lo que se refiere a instalaciones que permitan el máximo aprovechamiento económico para la franquicia y para la propia NBA y sus patrocinadores.

Según informa el diario local Deseret News, la liga habría sugerido a los Jazz, de forma privada, la construcción de un nuevo y moderno estadio que sustituyera al actual, el 6º más antiguo de la NBA, pero la franquicia ha optado por un plan menos ambicioso financieramente que pasa por mantener su actual pista e invertir cerca de 100 millones de dólares en mejorarla.

Unos cambios aún por determinar

Es mucho dinero, pero 4 veces menos de lo que costaría levantar un estadio de cero, por no hablar del largo proceso, no solo constructivo sino también político y burocrático, que una nueva construcción traería consigo.

La franquicia, por boca de su presidente, Randy Rigby, ha reconocido la existencia de los planes de renovación, pero no ha querido confirmar el presupuesto que menciona el Deseret News ni los detalles de los cambios que se pretenden llevar a cabo, ya que el proyecto estaría todavía en fase de planificación y sin fecha fijada para su inicio.

Los Jazz, que ya han gastado 25 millones de dólares en diversas mejoras durante los últimos años, han mantenido también conversaciones con las autoridades de Salt Lake City -el terreno sobre el que se levanta el estadio es de propiedad municipal- y no descartan llegar a algún tipo de acuerdo de colaboración con ellas que permita la inyección de fondos públicos al proyecto, algo que viene siendo habitual en estos casos.