ACTUALIDAD / finales nba 2013

Miami Heat y San Antonio Spurs buscan el anillo por distintas vías

Los de Florida buscan su tercer anillo y los de Texas persiguen su quinto título

LeBron, Wade y Bosh contra Duncan, Parker y Ginóbili en una final inédita

hispanosnba.com |

Tony Parker y LeBron James serán elementos claves de las Finales (Icon SMI)

El modelo de franquicia a nivel económico-deportivo de Miami Heat y San Antonio Spurs es tan distinto como la imagen de sus despachos y banquillos. Nada tiene que ver Pat Riley con R.C. Buford, como nada se parece Erik Spoelstra y Gregg Popovich.

La configuración de los equipos resulta contrapuesta. Muchos creen que San Antonio es un equipo viejo y Miami es un equipo relativamente joven. Es una falsa apariencia basada en la mayor edad de las estrellas de Spurs comparadas con las estrellas de Heat. Son dos mundos inversos. En los de Texas, los jóvenes arropan a las figuras veteranas. En los de Florida, las estrellas pujantes andan rodeadas de viejos secundarios. La edad media de Spurs: 27,9 años. La edad media de Heat: 31,2, la más alta de la NBA.

El juego de ambos equipos tampoco guarda significativos paralelismos. Pero por caminos distintos, Miami y San Antonio han alcanzado la excelencia en su juego y en sus resultados, una excelencia que les ha llevado merecidamente a las Finales de la NBA 2013 y que les ha unido en un objetivo común y excluyente: ganar el anillo.

Sin referencias

Jamás se han enfrentado en una final Heat y Spurs, aunque el que sí lo ha hecho ha sido LeBron James contra los texanos. Fue en 2007 con Cleveland y perdió 4-0. Aquel rosco aún no lo ha olvidado y servirá como acicate para el mejor jugador de la actualidad. Porque ni aquellos Cavs tienen nada que ver con estos Heat, ni aquel LeBron tiene nada que ver con este LeBron.

Nos enfrentamos a una final sin antecedentes históricos y sin referencias cercanas de juego. Porque esta temporada, Miami y San Antonio no se han enfrentado nunca. Es cierto que se han visto las caras 2 veces en fase regular, pero fueron enfrentamientos falsos, luchas ficticias que nada pueden decirnos como puntos de referencia. El primero de sus partidos fue aquel que acabó con escándalo monumental porque Popovich no alineó a sus estrellas en hora de máxima audiencia televisiva… y San Antonio se llevó un multazo. El segundo corrió suerte inversa. Miami no quiso saber nada de él. Es decir, en sentido estricto llevan sin jugar todo el año.

Días de descanso

Un elemento ciertamente diferenciador y poco habitual es el abismo de días de descanso con el que ambos equipos afrontan estas Finales. San Antonio Spurs ganó 4-0 en las Finales del Oeste a Memphis y finiquitó la lucha el 27 de mayo; Miami se deshizo 4-3 de Indiana en el Este y acabó el 3 de junio. Es decir, Spurs tendrá una semana más de descanso que Heat. O, lo que también es lo mismo, los texanos afrontarán mañana el primer partido de la serie tras 10 días sin jugar y los de Florida lo harán con solo 3 días de respiro.

Si lo analizamos con serenidad, esa diferencia de días puede ser un arma de doble filo. En el primer partido le puede pasar seria factura a San Antonio por tan larga inactividad, pero en el largo plazo siempre favorecerá a los Spurs. Al menos, eso es lo que dicta la lógica.

Pero más allá del calendario, existen claves para ambos equipos a la hora de imponer su ley en este último asalto al anillo.

Miami, por ejemplo, tiene la obligación de imponer su mayor físico, su juego más atlético. Al menos, el de sus figuras. Será importante para los de Spoelstra poder parar a Tony Parker, porque unos Spurs con Parker tapado son como un grifo sin agua. Otro elemento esencial radicará en ver cómo responden al envite los dos escuderos de lujo de LeBron: Dwyane Wade y Chris Bosh. Su respuesta será esencial.

San Antonio, mientras, parece un equipo más versátil que Miami. Les resultará imprescindible a los texanos que su movimiento de balón (el mejor de la NBA) se imponga al poderío defensivo rival. San Antonio tiene más peso colectivo y más inteligencia en su juego global. Se antoja decisivo el daño que pueda hacer dentro Tim Duncan, cuyo duelo con Chris Bosh promete, y el acompañamiento que le pueda dispensar Tiago Splitter. Ya se demostró que los hombres altos pueden dañar mucho a Miami. Si no, miren el estropicio que les hizo Roy Hibbert.

Capital para los de Popovich tener sano, como tienen, a Manu Ginóbili. Cada vez que el argentino ha estado sano, las opciones de su equipo han crecido exponencialmente.

Si observamos los banquillos, San Antonio parece más. Manu Ginóbili es un jugador que marca las diferencias en momentos clave y Boris Diaw y Gary Neal pueden aportar bastante. El Miami, Ray Allen puede resultar clave en algunos momentos (como ocurrió en el séptimo partido contra Pacers), pero su inconsistencia es notable a estas alturas. Lo mejor de la segunda unidad de Heat puede venir de la intensidad de Chris Andersen y la defensa de Shane Battier, siempre que este último no quede relegado al olvido como ocurrió en los 2 últimos encuentros ante Indiana. Luego está el elemento llamativo de los banquillos: la presencia de Tracy McGrady en su mayor logro colectivo y menor individual. Lo bizarro llevado al extremo. A veces, la vida nos deja este tipo de insospechadas historias.

Factor cancha, LeBron, Popovich…

Las Finales nos dejan otros muchos elementos. El factor cancha, por ejemplo, juega a favor de Miami Heat, pero no se sabe hasta qué punto puede ser crucial. No lo fue en varias eliminatorias de esta postemporada. Pero la cancha de Miami es dura de pelar.

Otro desequilibrio está en los banquillos. Erik Spoelstra sigue haciendo un trabajo irreprochable. Es el joven que ya atesora experiencia de altos vuelos. Es un técnico cargado de presente y de futuro. Pero por mucho que siga creciendo, todavía le queda un largo trecho para ponerse a la altura de Gregg Popovich, posiblemente, y sin tan posiblemente, el mejor entrenador de la NBA. Popovich es maestro a la hora de gestionar su plantilla y es un genio a la hora de dirigir partidos bajo máxima presión. Su ventaja parece incuestionable. Al menos, a priori.

Un emparejamiento que ha de dejarnos muy buenas imágenes será el que protagonicen la defensa del joven y pujante Kawhi Leonard –un gran defensor- ante el hoy por hoy imparable LeBron James. Pero este emparejamiento, por muy mediático que resulte, no será crucial a la hora de desequilibrar la contienda. Con las estadísticas abrumadoras de LeBron ya se cuenta y sería una sorpresa monumental que los números de James no aparecieran.

Las Finales 2013 parecen abiertas. El favoritismo en las apuestas puede estar del lado de Miami, pero no hay que olvidar que los Spurs de Popovich y Duncan nunca han perdido una final, que Tony Parker ha hecho la mejor temporada de su vida, que Tim Duncan ha vuelto a ser el mejor Duncan, dejando a un lado el carnet, y que Manu Ginóbili está sano. Por eso, todo puede pasar en esta final. Miami llega a su tercera consecutiva y busca su segundo anillo al hilo, el que sería el tercero de su historia; San Antonio persigue su quinto, el quinto en la era Popovich. Hasta ahora, jugó 4 finales y ganó las 4. Todos deseamos que el balón se lance al aire cuanto antes. Porque hay final. Y grande.