JORNADA NBA / playoffs 2013 (1ª ronda)

Memphis y Oklahoma City eliminan a Clippers y Rockets en el sexto partido

Cruciales papeles en los triunfos de Tony Allen y el veterano Derek Fisher

Chris Paul termina expulsado por su mal perder y Blake Griffin juega 14 minutos

hispanosnba.com |

Memphis Grizzlies y Oklahoma City Thunder ya están en semifinales del Oeste y mañana domingo comenzará su cruce, que promete ser intenso. Para ello, dejaron en la cuneta en el sexto partido a los Clippers y los Rockets.

Memphis no falló en el FedExForum y estuvo especialmente alegre en la ofensiva. Zach Randolph, Mike Conley, Tony Allen -espectacular su partido- y Jerryd Bayless fueron la avanzadilla de ese ataque demoledor en un partido muy tenso en el que los visitantes recibieron un buen número de técnicas sin que alguno de ellos supiera perder. El caso más lamentable, el de Chris Paul, que acabó expulsado. También acabó antes de tiempo Randolph, que se marchó celebrándolo. Los Grizzlies han ganado 4 partidos consecutivos a los Clippers pasando de un 0-2 a un 4-2. Tremendo.

Monumental partido de Matt Barnes y excelente Chris Paul una vez más. Pero con eso no les llegó a los californianos. Blake Griffin jugó, pero no fue titular y sólo estuvo 14 minutos en pista por culpa de su tobillo.

Mientras, OKC resolvió a domicilio en el Toyota Center con Kevin Durant en su papel y espectaculares rendimientos de Kevin Martin, que por fin despertó, y un Derek Fisher incombustible que fue el hombre decisivo en el cuarto final.

Carlos Delfino, lesionado, no pudo jugar. James Harden y Chandler Parsons fueron los mejores locales.

Memphis 118 L.A.Clippers 105 (4-2)

Marc Gasol estaba tan tranquilo esperando el posible rebote de un tiro libre cuando Chris Paul, sin mediar palabra, se fue hacia él y le golpeó sin balón por medio. El español se dobló antel el golpe y la sorpresa y Paul fue expulsado del partido. El resultado era 113-99, restaban 2:29 para el final y ninguna jugada del partido y de la serie podría resumir mejor lo acontecido estos días entre Grizzlies y Clippers. Paul era la viva imagen de la frustración y el golpeado, Gasol, la estampa perfecta del estoicismo ganador, del golpeado feliz.

Gasol no hizo un gran partido. Ni siquiera fue pieza vital de la victoria de los suyos. Pero contribuyó, eso sí, a una victoria definitiva en la que Memphis demostró que no sólo es un equipo defensivo. Anoche, se fue de su pabellón habiendo anotado 118 puntos para poner en franca evidencia a la defensa de Clippers, y no fue porque Vinny Del Negro no intentara variantes tácticas para detener el juego local.

Fue un partido tenso. Los equipos se jugaban la temporada y ese duelo a vida o muerte se palpaba en la cancha. Los Clippers anduvieron especialmente nerviosos. Chauncey Billups hizo una falta flagrante muy fea en el tercer cuarto a Mike Conley, en ese mismo cuarto Blake Griffin, que jugó 14 minutos, se enzarzó en el suelo de la zona con un guerrero Zach Randolph, Matt Barnes y Caron Butler también recibieron técnicas, Griffin hizo otra falta sin contemplaciones que no venía mucho a cuento y Paul terminó en la calle por una chiquillada de mal perdedor. Como acabó poco después expulsado Randolph, que ya venía bien caliente de tanta batalla. Hubo muchísimas faltas en el partido (algunas, como queda dicho, bastante impropias) y Grizzlies se fue 47 veces a los tiros libres.

Pero fuera de todo ese enfrentamiento físico y verbal pleno de tensión, el partido fue la constatación de una superioridad manifiesta del equipo local, por mucho que la primera parte fuera ciertamente igualada, muy igualada. Acabó 58-53. Con las espadas en alto.

El tercer cuarto resultó crucial para el devenir del encuentro. Randolph puso por primera vez a Memphis 10 puntos arriba, una ventaja que se fue a 15 tras un triple de Conley (74-59). Los angelinos empezaban a flaquear y sabían que Griffin era una moneda de limitada circulación. Salió de suplente y metió 9 puntos tras solo jugar 14 minutos. No podía ser factor clave para los suyos. Y con ese +15, Memphis empezó a ejercer un estricto control del marcador y de la situación que ya no abandonó hasta el final, provocando una intensa impotencia en el rival.

Lo más que consiguieron los californianos fue ponerse a 6 puntos (103-97) con 5:15 por disputar, pero ahí salió la vena destructora de Memphis, que con un parcial de 12-2 se cargó cualquier expectativa de emoción. Un parcial que arrancó con otro triple de Conley. Fundamental ese triple cuando el marcador era 103-97. Crucial.

Los Clippers acababan perdiendo por su ineficacia en defensa y Memphis ganaba por primera vez en su historia 4 partidos de playoffs al hilo. Lo hacía con una excelente participación de su juego exterior. Con Mike Conley en 23 puntos, 7 asistencias y sólo una pérdida, con Tony Allen en papel gigantesco en ambos lados de la cancha. Acabó con 19 tantos, 7 rebotes, 6 asistencias y 4 robos. Y con Jerryd Bayless anotando 18 puntos en 24 minutos. En la zona, grande Z-Bo con 23 tantos, haciendo mucho daño en el poste, y 10 puntos y 7 rebotes de Marc Gasol. Hasta 7 jugadores locales hicieron dobles dígitos anotadores.

En Clippers, con Lamar Odom como titular, nula participación de Eric Bledsoe y Jamal Crawford (ambos no anotaron). Muy importante ese 0 de Crawford. Otro partido lamentable de DeAndre Jordan e impulso vital a partir de una memorable actuación de Matt Barnes (¡30 puntos, 10 rebotes y 6 de 7 triples desde la suplencia!) y de Chris Paul, que acabó con 28 puntos, 8 asistencias y 0 pérdidas en 41 minutos... y con una frustración galopante.

Houston 94 Oklahoma City 103 (2-4)

Dicen que tener a Derek Fisher en tu equipo a la hora de jugarse la temporada es un seguro de vida. Van cayendo los años y lo de Fisher ya ha alcanzado la categoría de axioma. Anoche, en Houston, ese formidable competidor, cargado con mil batallas a sus espaldas, volvió a hacerse corpóreo para cargarse en un momento a los Rockets. Sí, Derek Fisher se cargó a Houston.

Por fin, una victoria para OKC sin Russell Westbrook. Y en el momento más oportuno. En el Toyota Center para cerrar una serie muy dura con los Rockets, que no dieron su brazo a torcer fácilmente. Un triunfo para la clasificación que se fraguó en el cuarto período en manos de un clásico de la postemporada: el citado Derek Fisher. Un héroe de primavera.

El partido resultó muy equilibrado hasta el cuarto final, que se inició con un ajustadísimo 77-78 para Thunder. Un buen comienzo de cuarto disparó la opción de victoria de los visitantes, que adquirieron un colchón de puntos con 2 triples de Fisher y que terminaron poniéndose 15 puntos arriba (84-99) a 4:31 del final para enterrar las aspiraciones texanas. Un +15 que llegó tras otro triple de Fisher (sus 9 puntos en 3 triples, todos en el cuarto final) y tras un robo de... ¡Fisher, claro!, que se fue al contraataque y asistió para la canasta de Kevin Martin, el otro jugador de Thunder que se reivindicó a lo grande en Houston, la que fuera su casa.

Kevin Martin resucitó de entre los muertos. Venía de hacer su actuación más calamitosa: 3 puntos con un 1 de 10 en el tiro. Arreciaban las críticas contra él y cualquier comparación con Harden (fueron los jugadores claves del traspaso Thunder-Rockets) era mucho más que odiosa. Pero llegó el momento de la verdad y surgió el Martin que todos conocíamos. El Martin de Kings y el Martin de Rockets, el Martin anotador, el Martin 'killer'. Se fue a 25 puntos en 40 minutos y resultó crucial.

Obviamente, Kevin Durant lideró el triunfo visitante. Esto ya no es ni noticia. Logró el alero estelar de Thunder 27 tantos, 8 rebotes y 6 asistencias. Es un dios de la canasta. A su lado, las ya citadas actuaciones, cruciales, de Fisher y Martin, y la constatación de que Reggie Jackson tiene un carácter indomable. El chaval hizo otro partidazo sustituyendo a Westbrook, ¡menuda papeleta!. Sumó 17 puntos, 7 rebotes y 8 pases de canasta. Buen trabajo de Nick Collison y discreto Serge Ibaka (10 tantos y 7 capturas en los aros).

En el inicio del encuentro, nos invadió la vergüenza ajena con la enésima payasada de Kendrick Perkins, un jugador que no aporta nada a OKC, pero esa es otra historia. Lo cierto es que Thunder mostró carácter en el cuarto período, ya que en el tercero llegó a ir perdiendo por 8 puntos.

Houston jugó sin Delfino, lesionado. Pero sí tuvo a Jeremy Lin, aunque fue como no tenerlo. Salió de suplente, jugó pocos minutos y su actuación fue más bien invisible. El equipo, como Oklahoma, estuvo muy bien desde el triple. En ese sentido, brutal Chandler Parsons -25 puntos, 7 rebotes y 6 de 8 triples- y excelente James Harden, autor de 26 puntos, 7 asistencias y 4 triples, aunque acabara con un pobre 7 de 22 en el tiro de campo. Bien tanto Omer Asik (13 puntos y 13 rebotes) como un Francisco García que se estaba haciendo ya imprescindible en el equipo antes de la derrota y la eliminación. El dominicano se despidió de la temporada con 11 tantos, 6 rebotes, 5 asistencias y 3 triples. No es mala manera de irse de vacaciones.