Los Jazz igualan a los Lakers tras ganar en la prórroga liderados por Deron Williams

Épico partido en el EnergySolutions Arena. Los Lakers vendieron cara la derrota (123-115) tras protagonizar un gran final de partido que les llevó a la prórroga. Pero en el tiempo extra Bryant se equivocó e intentó decidir el choque cuando su físico, padecía intensos dolores en la espalda, le enviaba señales inequívocas de que debía ceder el protagonismo a otros.

Este cuarto partido de la serie fue un duelo intenso siempre dominado por los locales, que supieron mantenerse por delante en el marcador a pesar de la escasa aportación de su juego interior en los dos primeros cuartos.

La estrella de Utah fue su base Deron Williams, que acabó el encuentro con 29 puntos y 14 asistencias, y que dirigió el juego con maestría a partir de un cuidado equilibrio entre el espíritu de equipo que ha de tener un base y la aportación individual que ha de acompañar a una estrella. Sin abusar del tiro y con excelentes porcentajes dibujó una exquisita geometría en su juego, especialmente en los dos primeros cuartos. Su trabajo sirvió para que los Jazz alcanzaran los vestuarios empatados a 55 a pesar de que sus dos hombres altos, Boozer y Okur, llegaran al descanso con 5 puntos (2 y 3 respectivamente) y 2 de 12 en el lanzamiento (1 de 7 y 1 de 5).

El partido llegó empatado al ecuador (55-55) gracias a la fantástica labor defensiva y ofensiva de los jugadores interiores de los Lakers, que anularon a Boozer y Okur, y terminaron los dos primeros períodos con 24 puntos y 15 rebotes (Gasol logró 13 y 7 y Odom acabó con 11 y 8).

A esa igualada tras los primeros 24 minutos contribuyeron también otros factores, tales como el tremendo juego ofensivo de los Lakers en la segunda parte del segundo cuarto con un parcial en 6 minutos de 13-22, un magnífico ataque en el que sobresalió Bryant a pesar de sufrir desde el primer cuarto fortísimos dolores en la espalda y en el que tuvo una importancia capital la asunción del papel de base por parte de Sasha Vujacic.

Los Lakers sin bases

El problema de los angelinos volvió a aparecer nada más empezar el partido. Como si fuera un calco del tercer encuentro, Fisher cometió 2 personales nada más iniciarse el choque y le pitaron la tercera según volvió al partido en el segundo cuarto, lo que motivó que sólo jugara 4 minutos en la primera mitad.

Esa prolongada ausencia tuvo que suplirla Jackson con Farmar, pero el joven jugador volvió a demostrar que está fuera de sitio en estos playoffs. Su labor a lo largo del encuentro fue catastrófica para los inteses de su equipo, que cada vez que estaba bajo su batuta se venía abajo. Ni defendió, ni atacó, ni dirigió... hasta que su entrenador, paciente hasta extremos casi intolerables, decidió retirarle el beneficio de la duda.

Ante el desastre, Phil Jackson no tuvo más remedio que tirar de Vujacic, y el juego californiano creció exponencialmente hasta lograr emparejarse en el marcador con los Jazz, una igualada que llegó sobre la bocina con un canastón espectacular de Bryant.

Unas claves muy distintas

El cuarto partido de la serie entre Jazz y Lakers se desarrolló a partir de unos parámetros muy distintos a los anteriores. Ésta vez fueron los angelinos los que casi lanzan un centenar de tiros de campo (97 por 76 de su rival) y fueron los mormones los que más se acercaron a la línea de tiros libres (en 45 ocasiones por 25 de los californianos). Pero los Jazz fueron más efectivos en ambas facetas (un 52,6% en tiros de campo y un 82,2 en libres). Fue en este último apartado donde el equipo de Bryant y Gasol cavó su tumba al sólo anotar 14 de 25 tiros de personal, un pobre 56%.

Otros datos llamativos, ya que entran en contradicción con lo vivido hasta ayer, fueron los 66 puntos conseguidos en la pintura por los Lakers frente a los 48 de los Jazz y las 32 asistencias de los locales por sólo 20 de los visitantes, a los que les costó mucho lograr una acertada circulación de balón y tuvieron que ampararse más de una vez en sus contrastadas individualidades.

Turiaf expulsado y Bryant mermado físicamente

A la intensidad propia de Utah se unieron un par de desgracias sufridas por los Lakers. La más grave, sin duda, fue la situación de inferioridad en la que jugó Bryant, lastrado por problemas en la espalda. A pesar de ello, Kobe firmó unos números espectaculares (33 puntos, 8 rebotes y 10 asistencias), pero lo hizo a partir de unos porcentajes de tiro bastante malos (13 de 33 en el tiro de campo, 1 de 10 en los triples y 6 de 10 desde la línea de personal). Especialmente preocupante ha sido el desacierto de la estrella angelina en los triples en los dos partidos disputados en Salt Lake City (1 de 16).

Mientras, Turiaf apenas jugó, ya que nada más salir hizo una falta flagrante a Ronnie Price, cuya naturaleza provocó su expulsión. Fue una personal innecesaria por su brutalidad. Por fortuna la cosa no acabó peor y el golpetazo contra el suelo de Price se saldó con unos puntos de sutura en una ceja y cierta hinchazón en su rostro. Y es que el bueno de Price protagonizó las dos jugadas más impresionantes del choque. La que casi acaba con sus huesos en el hospital y el formidable tapón que colocó en el último cuarto del tiempo reglamentario a Walton. Un tapón para enmarcar.

Empate y prórroga

Los últimos minutos del tiempo reglamentario vieron a unos Lakers casi imparables. Y es que los últimos 12 minutos mostraron el poder de los jugadores que rodean a Kobe. Gasol, Odom y Fisher mantuvieron a los suyos en el encuentro. El base anotó 10 puntos decisivos en los últimos minutos del partido y colocó un tapón a Deron Williams sobre la bocina final, Odom hizo un tremendo triple a 54 segundos del final y llevó el partido a la prórroga con una canasta a 7,8 segundos de la conclusión y Gasol anotó 8 puntos en el último cuarto y capturó un rebote ofensivo muy importante en los segundos postreros.

Estos tres jugadores brillaron a lo largo de los 53 minutos. Fisher terminó con 15 puntos, pero no repartió ni una sola asistencia y no pudo, en general, con Williams, Odom logró 26 puntos y 13 rebotes y Gasol 23 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias.

Fue ese fantástico trabajo colectivo en el último cuarto el que permitió superar a los visitantes el inconveniente de tener físicamente tocado a Bryant. Por eso llama poderosamente la atención que los californianos cambiaran en el tiempo extra tan radicalmente su guión.

Mientras, los Jazz llegaron hasta la prórroga gracias al partidazo de Deron Williams y a la notable mejoría de sus hombres interiores en la segunda parte, lo que llevó a que Okur acabara el partido con 18 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias y Boozer con 14 puntos y 12 rebotes. Pero también fueron decisivos los suplentes. La segunda unidad de los Jazz logró 39 puntos por los 16 que hizo la de los Lakers. Y es que en Utah destacó el acierto de Korver (14 puntos), Harpring (12 en 15 minutos) y Millsap (9), mientras que en los Lakers el único que estuvo a tono fue Vujacic (11 puntos).

Los Jazz arrasan en la prórroga

Los Lakers llegaron a la prórroga a tope a nivel psicológico, pero hundidos en el apartado físico. Y es que alcanzaron el tiempo extra viniendo desde atrás y remontando un partido que parecía imposible, pero lo lograron a costa de que sus tres estrellas llegaran exhaustas a la prórroga (Odom jugó 51 minutos, Gasol 48 y Bryant 47).

Por eso resulta inexplicable la táctica utilizada por los de Phil Jackson en unos minutos que les podían haber otorgado, prácticamente, su pase a la Final de la Conferencia Oeste.

Los visitantes no anotaron en los primeros 3 minutos y medio, y lo lograron a través de Bryant, básicamente porque nadie más del equipo tocó el balón. Todo eran aclarados para un jugador claramente diezmado en su condición física. Bryant quiso resolver, pero su mente iba varios metros por delante de su cuerpo, y todos aquellos jugadores que habían sido decisivos para alcanzar la prórroga (Fisher, Odom, Gasol...) apenas intervinieron en la prórroga.

Al contrario que los Lakers, los Jazz jugaron fabulosamente el tiempo extra. Okur se responsabilizó con acierto del ataque y Kirilenko ejerció de lo que es, una estrella. Defendió con gran acierto a Kobe, al que puso 2 tapones (acabó con 5 aunque no capturó ni un solo rebote), y metió a 35 segundos del final un mate decisivo que acompañó con un tiro adicional. Lo demás lo hizo el aplomo de los locales, que anotaron los 9 tiros libres de los que dispusieron en la prórroga.

De este modo, tras 3 horas de baloncesto, en algunos momentos de muy alto nivel, los Jazz ganaron a los Lakers y empatan así la eliminatoria a 2. Esto promete ser largo.