Stephen Curry sigue sonriendo como un jugón. Transcurridas 48 horas del partido en el que no anotó un solo triple, la estrella de Warriors se rehizo como cabía esperar y resultó crucial en el triunfo de su equipo ante Boston Celtics, un triunfo que llegó en la prórroga.
Tras encajar 40 puntos en el primer cuarto con Curry apenas metiendo 5 puntos, pocos apostaban por el equipo local, que llegó a ir perdiendo por 17 puntos ante Boston, pero parece que los de Steve Kerr se hallan en un pequeño oasis dentro de una temporada desértica, y con el triunfo de esta noche (132-126 en la prórroga) los de San Francisco suman 3 victorias seguidas y se acercan a equilibrar (13-14) una temporada de desequilibrios.
Curry lideró el triunfo con 33 puntos, 6 asistencias y 6 triples, pero lo crucial de Curry fue su capacidad para definir. Es cierto que en la recta final del último cuarto falló un triple importante, pero no lo es menos que decidió la prórroga.
El de Akron penetró a canasta pero no concretó ante la oposición de Al Horford, gran partido el suyo, pero el rebote fue para Warriors y Chris Paul terminó pasando el balón a Curry para que este, forzado y cuando ya se agotaba la posesión, se marcara un triplazo que ponía el 130-126 con 10,6 segundos por jugar. Ese fantástico tiro era el partido.
Se vio a un Curry exultante, arengando a su público, feliz hasta decir basta, y fue el propio Curry el que selló definitivamente el triunfo metiendo 2 tiros libres.
Mérito extra para Curry hacer este gran partido teniendo en cuenta que tenía en su marca a dos de los mejores defensores exteriores de la liga, Jrue Holiday y Derrick White, más las ayudas de otro muy buen defensor, Al Horford.
Golden State, que metió 20 triples, fue bastante más que Curry. Klay Thompson hizo 24 puntos y 6 triples, Jonathan Kuminga logró 17 puntos y 7 rebotes y se batió con éxito en defensa con Jayson Tatum, y la segunda unidad local fue mucho mejor que la segunda unidad visitante, con dos nombres propios sobre la mesa: Chris Paul y el joven Trayce Jackson-Davis.
Paul, que andaba enfermo, se fue a 9 puntos, 7 rebotes y 12 asistencias sin pérdidas de balón y Jackson-Davis corroboró las muy buenas maneras que se le habían visto en otros partidos, y firmó 10 puntos, 13 rebotes y 3 tapones, uno de ellos un taponazo a Jaylen Brown en el tiempo extra.
Funcionó muy bien Warriors cuando Jackson-Davis estuvo en la pista, con él en juego llegaron los mejores minutos de su equipo.
Andrew Wiggins, enfermo, estuvo en las antípodas de Jackson Davis, el canadiense se perdió en su propio laberinto. Jugó 22 minutos, se mostró fallón y apenas aportó al triunfo.
En las filas de Boston, partidazo de Derrick White, que no se cortó desde el triple (7 de 18), pero que fue clave para Boston tanto en ataque como en defensa. Terminó con 30 puntos y 7 rebotes. Jaylen Brown, el otro gran jugador en ataque de Boston hoy, logró 28 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias.
No fue fácil el partido para Jayson Tatum. Tuvo que abandonar el juego en el primer cuarto por un esguince de tobillo, pero todo quedó en el susto y regresó en el segundo acto, pero su noche ofensiva tuvo lagunas, en parte por la gran defensa de Kuminga, sin que se sepa muy bien en qué estado físico jugó tras el percance del primer cuarto. Sumó 15 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias, con 5 de 17 en el tiro.
Gran partido del dominicano Al Horford: titular, 38 minutos, 13 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias. Y entre los suplentes, el buen partido de Neemias Queta contrastó con la noche para olvidar de Sam Hauser.