Tyson Chandler fue, para su desgracia, el protagonista de la jugada curiosa de la jornada. Y es que el pívot creyó haber anotado de forma espectacular una canasta decisiva para su equipo, pero los árbitros la anularon por un curioso motivo.
Con empate a 113 en el marcador y poco más de un minuto por jugar, el pívot de los Knicks recibió el balón en alley-oop y la volcó de espaldas a canasta con tan mala suerte que el balón golpeó en su propia cabeza cuando trataba de atravesar la red y salió despedido hacia afuera.
Pese a que el balón había entrado claramente y superado completamente la circunferencia del aro, los árbitros aplicaron rigurosamente el reglamento y consideraron como interferencia ofensiva que el jugador de los Knicks hubiera tocado el balón cuando aún no había atravesado la red.
La canasta se anuló y el partido terminó llegando a la prórroga. Un tiempo extra en el que los Knicks terminaron perdiendo el partido frente a Orlando Magic.