JORNADA NBA / playoffs 2013 (finales este)

Indiana gana en Miami con Roy Hibbert y Paul George al frente para empatar a 1

LeBron James pierde 2 balones en los últimos segundos y George Hill decide desde los libres

hispanosnba.com |

Roy Hibbert se faja en los tableros con las tres estrellas de Miami Heat
(Zuma Press/Icon SMI)

LeBron James hizo un enorme encuentro, pero perdió en los últimos segundos 2 balones decisivos que condenaron a su equipo. Roy Hibbert y Paul George lideraron una gran victoria de Indiana en Miami que concretó desde la línea de tiros libres George Hill.

Los Pacers ya habían amagado con dar la sorpresa en el primer encuentro de las Finales de la Conferencia Este, pero no perdonaron su segunda gran oportunidad y ganaron con toda justicia tras hacer un gran partido en Florida.

Se trató de otro gran partido por la exigencia física de los contendientes y la tremenda igualdad del choque.

Hubo un poco de todo, pero para impresionante el matazo que le hizo Paul George en la cara a Chris Andersen en los últimos segundos del tercer cuarto. Ahora, la serie está empatada a 1 y Miami sabe que tiene enfrente a un rival de campanillas.

Miami 93 Indiana 97 (1-1)

LeBron James hizo un partido memorable. Acabó con 36 puntos, 8 rebotes y 3 robos de balón y metió 14 de sus 20 tiros a canasta. Pero su gran juego y esas cifras estelares de nada le sirvieron para llevarse un amargo sabor del partido ante Indiana… ¡porque perdió en los últimos segundos del encuentro 2 balones que condenaron a los suyos a la derrota!. Increíble, pero cierto.

El partido había llegado al final con las mismas claves que el primero: se podía decantar de cualquier lado. Pero esta vez a Miami no le sonrió la misma fortuna que en el choque inaugural.

Se entró en el minuto final con un 93-93 que reflejaba la igualdad imperante y expandía los nervios y la tensión por la pista y la grada. A 48 segundos del final, George Hill, cuya templanza fue providencial para Indiana, anotaba 2 libres para poner el luminoso en un 93-95. Fue a partir de ahí cuando empezó el calvario de un LeBron James hasta entonces exultante e imparable, por mucho que Paul George le hiciera una muy buena defensa.

Con 93-95, LeBron dio un mal pase a la altura de la línea de 3 y perdió el balón. No era el mejor momento para regalar una posesión, pero así fue. Atacaron los Pacers para medio decidir el choque, pero no lo hicieron. Gran defensa local, Dwyane Wade roza el robo del balón, los visitantes se comen la posesión, no pueden tirar y se agotan los 24 segundos de ataque. La esperanza regresa a los Heat.

Quedan 17 segundos. Tiempo muerto de Erik Spoelstra. Esto suena nuevamente a cesta de Miami en el último suspiro para condenar a unos Pacers que merecen mucho. Pero la historia no se repite porque LeBron James vuelve a perder el balón ante la asfixiante y maravillosa presión visitante. El partido se le escapa a Miami y ya está en manos de Indiana. Otra vez George Hill a los libres. Esta vez con 8 segundos por jugar. Vuelve a acertar y pone a los suyos con ventaja segura: 93-97. El partido es de Indiana Pacers. Esta vez no se les va a escapar. Y no se les escapa.

Ganan los Pacers con 29 puntos y 10 rebotes de un enorme Roy Hibbert que hizo daño durante todo el partido en la pintura, especialmente en una sobresaliente primera parte. Ganan los Pacers con 22 puntos y 6 asistencias de Paul George. Ganan los Pacers con 18 tantos, 3 robos y 4 libres decisivos de George Hill. Y ganan los Pacers porque lo merecen. Porque han dominado buena parte del partido. Porque han sido mejores.

LeBron James se va cabizbajo. No puede perdonarse el haber perdido 2 balones decisivos. Sus numerazos de nada sirven. Chris Bosh termina con 17 puntos y Dwyane Wade con 14 más 6 rebotes y 5 asistencias. La derrota escuece a los locales.

Una derrota que llega en los últimos segundos, pero que empieza a fraguarse desde el salto inicial, desde que se ve que Indiana no va a ceder y va a ser capaz de repetir la hazaña del primer partido, esto es, que va a ser capaz de jugar de tú a tú a los campeones.

Arranca el partido en clave física y con Pacers incidiendo en su juego interior, alimentando a sus hombres altos, sobre todo a Roy Hibbert. LeBron inicia el encuentro ya en modo vehículo deportivo. Y en un comienzo prometedor de partido ambos equipos empiezan a mostrar sus bazas.

Mediado el primer cuarto, la defensa local ya ha encajado 16 puntos. Indiana gana 12-16 con sus interiores metiendo 10 puntos por 0 los interiores locales y con el equipo de Frank Vogel habiendo perdido sólo 1 balón. A Miami sólo le funcionan en ataque LeBron James y Dwyane Wade. De hecho, en los primeros 9 minutos de partido sólo ellos 2 anotan para Heat.

Indiana es otra cosa. Todo se hace de forma más comunal, con otro enfoque. Los Pacers hacen un parcial de 0-10 y se ponen a las primeras de cambio con 12 de ventaja (12-24). Hasta entonces se muestran casi infalibles (9 de 10 en el tiro). Norris Cole y Chris Bosh meten los primeros puntos locales ajenos a James y Wade y la cosa se endereza algo: 22-28 en los primeros 12 minutos. Indiana domina el juego a pesar de que LeBron ha anotado 12 tantos en el primer período.

El segundo comienza con Indiana al control, pero con cierta marejadilla arbitral. Los colegiados le pitan a Pacers 3 técnicas en los primeros minutos del cuarto. Una a Sam Young, otra al técnico asistente Brian Shaw y otra a Tyler Hansbrough. Pero los de Vogel no se descentran.  A pesar de ello, Miami toma el pulso al partido y 2 canastas de Chris Bosh empatan el encuentro a 37 justo en el momento en el que LeBron James se reintegra a la pista tras estar 6 minutos respirando en la banda.

Con 37-37, Indiana demuestra que es un equipo con carácter y lanza su primer gran mensaje ganador. Parcial de 1-14 para ponerse con la máxima ventaja del partido: 38-51. Roy Hibbert está masacrando a los hombres altos locales. Ya lleva 19 puntos. Está abusando.

Lo mejor para Heat es que sobrevive a tal atropello en la zona. Lo consigue a duras penas, pero sale vivo de la primera parte. Un triple sobre la bocina de Mike Miller sella el 47-53 con el que se llega al intermedio. LeBron lleva 15 puntos, pero Hibbert suma 19 con 6 rebotes. Entre el pívot y David West se van a 29 puntos y 10 rebotes. Casi nada. Los Pacers han metido casi el 55% de sus tiros y el partido ha tenido muchas interrupciones. Tantas como 31 faltas que han dado origen a 41 tiros libres. Aún así, ha sido atractivo.

Se reanuda el partido en el tercer cuarto con buenas noticias para los de Indianápolis. Un triple de Lance Stephenson pone un 49-58 que da aire al equipo, pero muy pronto recupera fuelle Miami con un Bosh aportando. Un matazo de LeBron acerca a los locales. Entramos en un bello carrusel de baloncesto. A ese matazo le sigue un rebote ofensivo con cesta de Hibbert, una canasta acrobática de Wade y un gran pase del propio Wade para cesta de James. Empate a 60 con 7 minutos por jugar del tercer cuarto. Miami Heat anda en su momento más brillante. Pero también aquí reaccionan de forma positiva los Pacers. Se entra en un tira y afloja y la igualdad ya se instala en el marcador.

Se echa de menos en Miami a Chris Andersen, que cuando salió en la primera parte lo hizo muy bien. Stephenson se marca un canastón en rectificado, pero poco después parece hacerse daño en un brazo. Aunque el que se hace daño de verdad es su compañero Sam Young, que se lesiona y enfila los vestuarios. Y se llega al final de fiesta del tercer cuarto, que es de traca, casi diríase de lujo.

Ese final consiste en la jugada de la noche para empezar: ¡mate salvaje de George ‘posterizando’ a un Andersen hasta entonces intratable!. Menudo mate. Y acto seguido, LeBron mete un triple sobre la bocina del cuarto, que acaba 74-76.

El último cuarto es un tratado de igualdad. James adelanta a los suyos (79-78) y Bosh les otorga su máxima ventaja (un exiguo 88-84). Pero Indiana es un equipo con una extrema fortaleza mental y remonta hasta el 88-89 a pesar de que el poderío de Hibbert y West ha decaído en la segunda parte. Se llega así a los minutos finales con un juego algo caótico al que contribuye especialmente un Stephenson descabezado por momentos. Aún así, su equipo sobrevive a todo para ganar. Una victoria que deja la serie como se merece: empatada. Porque aquí hay serie. Y grande.