Atlanta salvó el primer 'match ball' ante Boston. Los Halcones ganaron por un solo punto a los Celtics en un extraño final. Una victoria agónica que coincidió con la resurrección deportiva de Al Horford, que fue el mejor del partido. Al dominicano se le ve, por fin, recuperado.
A última hora, Horford adquiere su rutilante presencia en pista tras haber estado en el dique seco desde el mes de enero. Anoche fue su segunda presencia y primer partido como titular desde entonces. Al menos, su pujanza puede ser una piedra de toque importante en esta serie, que parecía sentenciada a favor de Boston y que, a pesar de la derrota en el Philips Arena, los bostonianos tienen en su mano.
Los que sí tienen la serie ya en el zurrón son los Pacers de Indiana, que protagonizaron un gran último cuarto para ganar con comodidad a Orlando y llevarse el enfrentamiento con los de Florida por 4-1 tras lograr 4 victorias consecutivas.
Atlanta 87 Boston 86 (2-3)
Horford en su mejor nivel de la temporada y su equipo que bien lo agradece. El jugador de Puerto Plata disputó 41 minutos a pleno rendimiento y el 'titular' Jason Collins sólo pisó la cancha 10 segundos. Así, las cosas son más fáciles, aunque el triunfo en el quinto partido ante Boston fuera de todo menos sencillo.
Sobre todo fue bizarro. Lo fue por su extraño final, un compendio de 'atrocidades' que terminó decantándose a favor de los locales.
Paul Pierce había acercado a Boston a 50 segundos del final (87-86) tras anotar un triple completamente solo en un inaceptable desajuste defensivo de Atlanta. Luego, fallaron ataques el local Teague y el propio Pierce, que ya con la presión de Joe Johnson ni siquiera tocó el aro. Y el partido, con ese 87-86, desembocó en unos últimos 10 segundos ciertamente surrealistas.
Sacaba Atlanta para intentar sentenciar. Boston presionó muy bien todas las líneas de pase y Josh Smith, presa de la presión, hizo un saque de banda ciertamente torpe que cortó Rondo. Entonces, Rondo atacó para ganar. Lo hizo sin tiempo muerto, a pelo. Pero al final su habitual clarividencia se nubló y en los 9 segundos que tuvo para resolver ni tiró a canasta, ni pasó a tiempo. Su último ejercicio, casi mecánico, fue dar un pase absurdo y sin tiempo que interceptó, precisamente, Josh Smith. Atlanta seguía en la pomada.
Poco antes de ese desenlace bizarro, Atlanta ya había atisbado la victoria al ponerse 83-76, pero Boston de un plumazo borró la ventaja con un 0-7 gracias a las canastas de sus viejos rockeros Garnett, Pierce y Allen.
Pero el gran protagonista de la noche fue Horford, por fin recuperado de meses de frustración debido a una complicada lesión. Horford fue esa referencia interna que le faltaba a Hawks. Se fue el dominicano a 19 puntos, 11 rebotes, 3 tapones, 3 asistencias y 3 robos de balón. Actuación completísima. El mejor jugador del partido. Y excelente en defensa en la jugada final, en la que Rondo perdió su habitual brújula infalible.
El técnico local arriesgó poco anoche. Jugó fundamentalmente con su quinteto inicial, que funcionó muy bien (ningún titular bajó de 13 puntos). Los suplentes apenas aportaron porque apenas jugaron. Entre esos titulares, además de Horford, Teague se fue a 16 puntos, Marvin Williams y un impreciso Joe Johnson se quedaron en 15 y el hombre orquesta Josh Smith terminó con 13 tantos, 16 rebotes y 6 pases de canasta.
En Boston, 16 tantos de Pierce y Garnett, 15 de Allen, que sigue ejerciendo de sexto hombre, y 14 con 7 rebotes de Bass. Rondo no lanzó bien a cesta, pero volvió a presentar números de nivel: 13 puntos, 12 asistencias, 5 rebotes y 5 robos. Eso sí, se quedó con mala cara según sonó la bocina.
Indiana 105 Orlando 87 (4-1)
Indiana perdió el primer partido de la serie, pero lejos de entrarle la ansiedad, le entró la responsabilidad, el saber hacer, la necesidad de continuar con el gran trabajo efectuado a lo largo de la temporada. Y prueba de esa buena reacción llegaron 4 victorias consecutivas ante Orlando para finiquitar la eliminatoria por la vía rápida. Felicidad anoche en Frank Vogel y los suyos. También en la grada del Bankers Life Fieldhouse.
A simple vista, podría parecer que Pacers se dio un paseo militar y que hubo minutos de basura a mansalva. Nada más lejos de la realidad. El partido fue apretadísimo hasta que los locales pusieron la directa en los 8 minutos finales.
De hecho, Orlando entró en el último cuarto ganando por 2 puntos y sólo perdía por 3 tantos (83-80) a 8 minutos del final. Fue entonces cuando llegó la apisonadora local con un parcial de 22-5 que dejó el luminoso en un 105-85 a 29 segundos de la conclusión. El último cuarto terminó 36-16. Imponente resolución impuesta por otro resucitado, Darren Collison, autor de 15 puntos en ese último cuarto.
Indiana anotó por encima del 50% tanto en el tiro doble como en el triple y volvió a defender de cine, con especial mención para su balance defensivo, que no permitió ni un solo punto al rival en contraataque.
El equipo de Vogel no tuvo problemas para pasar una serie en la que la ausencia de Howard provocó un serio cataclismo en todos los aspectos. Y, anoche, ese triunfo definitivo de los de Indianápolis se encarnó en los 25 puntos y 4 triples de Granger y los 19 de un enorme Darren Collison, que los metió en 24 minutos de juego tras anotar 15 en los momentos cruciales. Acabó el base con 9 de 10 en el tiro de campo y con 6 asistencias y 3 robos. El Collison agazapado y vulgar dio paso al Collison enrabietado y vital.
Además, buena ayuda de jugadores como David West, George Hill o Roy Hibbert, aunque no se llevaran los focos.
Por parte de Orlando, despedida triste de Van Gundy con sólo Nelson a gran nivel: 27 puntos con 5 de 8 triples. Glen Davis hizo 15 y 8 rebotes, Ryan Anderson anotó 14, con 12 desde el triple, y J-Rich y Turkoglu fueron dos espectros pululando por el Fieldhouse.