Breve ha sido la permanencia de Garrett Temple en los San Antonio Spurs aunque el escolta, para su desgracia, ya está acostumbrado a la temporalidad de sus estancias en la NBA. Esta vez solo le ha dado tiempo a tomar parte en 3 encuentros.
Más continuidad tuvo el año pasado a final de temporada con estos mismos Spurs, ya que llegó a disputar 14 encuentros e incluso en 4 de ellos partió en el quinteto titular, aunque su presencia media en pista no superó entonces los 15 minutos.
También jugó el año pasado con los Rockets de Houston y los Kings de Sacramento y probablemente le volveremos a ver este mismo año en alguna otra franquicia en busca de una nueva oportunidad de labrarse esa estabilidad laboral que tan difícil resulta para los llamados ‘jornaleros’ de la NBA. Y es que la precariedad también existe en este mundo de estrellas aunque mejor pagada, eso sí, que la del común de los mortales.
La llegada de Chris Quinn hacía presagiar la salida de uno de los hombres bajos de las superpobladas posiciones exteriores del equipo de San Antonio y la china le ha tocado a Temple. El buen rendimiento de Gary Neal y la mayor polivalencia de Alonzo Gee, sus rivales por la permanencia, han inclinado la balanza en su contra. Con su salida, los Spurs vuelven a tener su plantilla en 13 jugadores, el límite mínimo exigido por el reglamento.