Fabricio Oberto sigue en boca de todos. Una vez despedido por los Pistons de Detroit, el pívot cordobés se situó en el mercado como agente libre y está recibiendo más de una oferta. La más firme, la procedente de los Wizards, que desean potenciar su juego interior.
El interés del equipo capitalino por Oberto lo avanzó en primicia el diario San Antonio Express-News, referencia periodística de la ciudad en la que Fabri ha desarrollado toda su carrera en la NBA, que ya alcanza los 4 años.
El medio de comunicación texano afirma que Washington ha hecho una oferta firme a Oberto, si bien dice desconocer los términos de dicho contrato, que otras fuentes sitúan en 2 millones de dólares por 1 temporada.
Sin rumbo fijo
Desde que el jugador de Las Varillas entrara en el intercambio múltiple protagonizado por San Antonio, Detroit y Milwaukee, que llevó a los Spurs a Richard Jefferson, su situación ha estado en el aire.
El intercambio implicó la marcha de Oberto desde San Antonio a Detroit, equipo que le despidió unos días después tras abonarle al internacional albiceleste la parte garantizada de su contrato (1,9 millones de los 3,8 millones de su salario).
Quedó entonces Fabricio como agente libre y han sido bastante los rumores. Algunos apenas trascendieron y otros cobraron más fuerza, como el que hablaba del interés de los Celtics por hacerse con sus servicios.
Quiere seguir en la NBA
Lo cierto es que su agente, Herb Rudoy, insistió a la prensa estadounidense en el interés de su representado por permanecer en la NBA a pesar de que tuviera ofertas procedentes de Europa.
El propio jugador se manifestó en este sentido, asegurando que si bien podría jugar en Europa, su prioridad era no moverse de Estados Unidos.
Ahora, Oberto está a la espera. Una espera agradable porque se encuentra de vacaciones en su localidad natal, Las Varillas. Allí, aguarda su futuro, que ya no podrá ser muy extenso en lo deportivo, pues ya ha cumplido los 34 años.
De fructificar el interés de los Wizards, el pívot cordobés podría disfrutar de suficientes minutos en cancha, dada la fragilidad del juego interior de los capitalinos.