No está siendo bueno el rendimiento del alero de los Orlando Magic Rashard Lewis en esta primera ronda de playoffs, pero no resulta extraño atendiendo a los graves problemas familiares por los que ha atravesado en las últimas semanas.
A los problemas físicos que el jugador tuvo justo antes de empezar la primera serie eliminatoria, hay que sumar la preocupación inevitable por la salud de algunos de sus seres más queridos y que sin duda le han impedido mantener la concentración necesaria en partidos tan importantes.
Su hija Gianna, de tan sólo un año, ha estado entrando y saliendo en los últimos días del hospital afectada por una dolencia de origen viral que los médicos no acertaban a diagnosticar y atajar. Algo que ocurría pocos días después de que el jugador conociera la noticia de que a su hermano pequeño le habían diagnosticado un cáncer.
“Obviamente, la familia es más importante que el baloncesto”, afirmaba, tras el entrenamiento del sábado, Lewis, que reconocía que su cabeza no había podido estar al 100% en los partidos de estos días.
Afortunadamente, su hija evoluciona favorablemente y las perspectivas de su joven hermano, sometido a quimoterapia, son también esperanzadoras, lo que lleva al jugador a asegurar que “es hora de volver a centrarme en el juego”. Algo que su equipo necesita perentoriamente.