El día de Navidad estuvo cargado de emociones para Dirk Nowitzki, ya que fue el día elegido para desvelar la estatua que los Dallas Mavericks encargaron en su honor frente al American Airlines Center, el pabellón en el que jugó durante 21 años.
El acto celebrado en Dallas contó con la presencia de Nowitzki y su familia -fueron él y su hijo Max los que apretaron el botón para desvelar la estatua-, así como del propietario del club, Mark Cuban, el que fuera el primer mentor del alemán, Holger Geschwindner, el actual entrenador del equipo y excompañero de Nowtizki, Jason Kidd, así como la actual plantilla con el esloveno Luka Doncic a la cabeza.
Se trata de una estatua de bronce de más de 7 metros de altura en la que Nowtizki aparece con su camiseta blanca de Mavericks con el número 41 ejecutando uno de los movimientos que le hicieron famoso en la cancha, su personalísimo tiro en suspensión echándose hacia atras sustentado en una sola pierna, su ya famoso fadeway particular.
La base de la estatua incluye un lema con un bello juego de palabras: "Loyalty never fade away" ("La lealtad nunca se desvanece"). Un lema que hace alusión a ese tiro suyo tan característico y a la lealtad que lleva emparejada el haber estado toda su carrera NBA, 21 temporadas, en el mismo equipo.
"Es una promesa que me da felicidad cumplir porque te la ganaste", le dijo Cuban en el acto a un Nowitzki emocionado, que tras la inauguración acudió al partido en el que Dallas superó a Lakers con un tercer cuarto impresionante.
La estatua es obra del reputado artista Omri Amrany, que es autor de otras estatuas de jugadores de la NBA, como las de Magic Johnson, Michael Jordan o Jerry West.
Nowitzki tiene ya una calle y una estatua en Dallas, además de que su camiseta pende en lo alto del pabellón tras ser retirada. La próxima estación es ingresar en el Salón de la Fama, algo que ya no depende de los Mavs, un ingreso para el que hace unos días ha dado el primer paso al ser nominado para ingresar en 2023.