Los todavía Sacramento Kings han dado hoy un nuevo paso para dejar de serlo. Tres semanas después de alcanzarse un acuerdo para su venta, la franquicia ha presentado ante la NBA de forma oficial la solicitud para trasladar el equipo a Seattle y convertirse en los renacidos SuperSonics.
Era un movimiento esperado, puesto que el plazo para solicitar un cambio de ciudad de cara a la próxima temporada finalizaba el próximo 1 de marzo. El comisionado de la NBA, David Stern, que no ha dudado en calificar como “muy fuerte” al grupo inversor de Seattle que se ha hecho con la franquicia, ha anunciado la formalización de la solicitud que, en los próximos días, deberá ser revisada por la liga para comprobar que cumple todos los requisitos.
Según las informaciones publicadas, habría sido la propia familia Maloof la encargada de presentar la solicitud de traslado en nombre del grupo comprador que encabezan Chris Hansen y el presidente ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer. Una presentación que habría tenido lugar en algún momento de la pasada semana y algo antes de lo previsto, pues se creía que apurarían más la fecha límite para la misma.
De ser aceptada, lo que es casi seguro por tratarse de un trámite, el Comité Ejecutivo de la NBA, formado por los propietarios de las 30 franquicias que forman la liga, tendrá la última palabra para decidir si admite o no el traslado.
Sacramento no se rinde
Una votación que está previsto que se realice a mediados del mes de abril y en la que parece difícil que haya oposición al movimiento salvo que el alcalde de Sacramento, Kevin Johnson, consiga a última hora su objetivo de reunir a un grupo de inversores, posiblemente encabezado por Ron Burkle y Mark Mastrov, que presente una contraoferta con la que mantener al equipo en la ciudad, algo que no parece fácil.
Aun así, David Stern ha dejado una puerta abierta a la permanencia del equipo en la capital de California y ha asegurado que la NBA tendrá en cuenta múltiples factores a la hora de tomar su decisión, entre ellos, el nivel de apoyo a la franquicia existente en Sacramento y las probabilidades de que tanto Sacramento como Seattle sean capaces de llevar adelante sus respectivos proyectos para construir un nuevo pabellón para el equipo.
En Sacramento, donde estos días se ha sabido que los Maloof mantuvieron también conversaciones para trasladar el equipo a Henderson (Nevada), un suburbio de Las Vegas, no pierden la esperanza.
“No creo que esto cambie nada con respecto a la estrategia de Sacramento”, ha asegurado Steve Cohn, concejal de la ciudad, tras conocer el paso dado por los Kings, “que es ofrecer a la NBA una visión competitiva de lo que puede pasar aquí si los Kings se quedan. En este momento, la pelota está en nuestro tejado”.