Fue la noche de José Manuel Calderón. El base extremeño completó su mejor partido de la temporada, que además sirvió para que Toronto ganara a New Orleans. El jugador español se comió en la pista a un Chris Paul irreconocible. Tremenda la actuación de Calde.
El armador de Toronto Raptors sumó 41 de valoración tras terminar el choque con 22 puntos, 16 asistencias, 7 rebotes y unos porcentajes admirables. Horas antes del partido, su entrenador, Jay Triano, le había pedido que diera un paso adelante en la ofensiva, que tirara más. Esa petición coincidió con su récord anotador de la temporada. En el otro lado, Ariza acabó con 10 puntos.
En un lugar tan frío como Toronto, Mineápolis, se enfrentaron Minnesota y los Lakers. El equipo del ex Laker Kurt Rambis puso en serios apuros a los campeones, que desde el All-Star no saben lo que es perder y que cada día defienden mejor. Anoche, una de las grandes claves fue la superioridad de los hombres altos de Lakers y la gran defensa de Gasol, con ayuda de Bynum, a Kevin Love.
Además, Dallas siguió con su buena racha al derrotar a domicilio a Philadelphia. Nocioni no jugó y Barea lo hizo bien, y Orlando ganó a los Knicks el duelo mediático de la noche.
Toronto 96 New Orleans 90
Calderón vivió su mejor noche en la presente temporada y brindó a los suyos una alegría en forma de victoria, una palabra a la que los aficionados de los Raptors están poco acostumbrados en la presente campaña.
El jugador español tenía una cuenta pendiente con los Hornets. En su último enfrentamiento, los de Nueva Orleans dominaron a Toronto, Paul superó a Calderón y, lo que fue más significativo, su ex compañero Jarrett Jack le pasó por encima poniendo en solfa, con su juego, su traspaso.
Esta vez, todo fue diferente. Al final del partido, Calderón y Jack, que volvió a jugar muy bien, se fundieron en un abrazo y el segundo reconoció al primero su admirable actuación, una actuación que le costó la derrota a los Hornets y que le valió a Calderón los más encendidos elogios, los más espectaculares los procedentes del técnico rival, Monty Williams.
Porque el español realizó anoche su mejor partido de la temporada: 41 de valoración en 38 minutos tras anotar 22 puntos -su récord del actual curso- repartir 16 asistencias y capturar 7 rebotes. La exhibición del extremeño coincidió con la arenga de su entrenador horas antes animándole a que tirara más. Y se le vio más agresivo de cara al aro, aunque tampoco tirara mucho. Fue más veces que de costumbre a la línea de personal (5 de 5) y estuvo muy acertado en el tiro (7 de 10 con 3 de 4 triple). Y es que el de Villanueva de la Serena dirigió con aplomo, encontró siempre al compañero mejor situado, lanzó con mucha solvencia, dominó el tempo del partido y defendió muy bien a Chris Paul, el gran perdedor de la noche.
Frente a toda esa batería de datos y sensaciones, Paul sólo pudo oponer 7 tristes puntos y 5 asistencias tras errar 7 de sus 10 lanzamientos a canasta.
Los Raptors dominaron desde el principio, a partir de un primer cuarto en el que Calde ya sentó las bases del futuro con 8 puntos y 6 pases de canasta. Ese dominio se extendió al segundo cuarto para llegar al descanso con un cómodo 57-42. Había sido una primera parte casi perfecta de los de Triano.
La segunda fue otro cantar. Los Hornets avivaron su juego, empezaron a defender y utilizaron otras vías de ataque visto el lodazal en el que estaba metido su jugador franquicia.
De este modo, se metieron en el encuentro, remontaron y pusieron en serios aprietos a los canadienses, que se la vieron y se las desearon para detener la acometida rival en el último cuarto. Y es que la tranquilidad no llegó hasta que no faltaban 23 segundos para el final. Entonces, 2 tiros libres de (¡cómo no!) Calderón cerraron el partido y llevaron la felicidad a la grada.
Tras la estela del base español, se situaron DeRozan (17 puntos), Bargnani -que regresó al juego- y Weems (14 cada uno) y un Amir Johnson poderoso en los tableros: 10 rebotes y 7 tapones.
En los Hornets, 19 puntos y 10 rebotes de David West, 17 de los suplentes Landry y Jack, que se motiva de verdad ante Toronto, y 10 con 2 rebotes de un Ariza que fue de más a menos y que sólo jugó 21 minutos.
Minnesota 79 L.A.Lakers 90
Los Lakers no conocen la derrota desde que se jugara el All-Star. Desde entonces, han ajustado sus valores defensivos, han emprendido un juego más coral y han encadenado 5 triunfos en otros tantos partidos. El de anoche ante los Wolves no fue fácil.
Fue un partido duro, complicado de ver por momentos, más de empeño que de lucimiento... ese tipo de partidos que tiene que saber ganar un equipo campeón aunque los parámetros del mismo se alejen de su ideal de juego.
Y el partido lo ganaron fundamentalmente los hombres altos de los Lakers. Pau Gasol defendió espectacularmente a Kevin Love y dominó los tableros. También Bynum, cuando se emparejó con Love, brilló a gran altura. Porque otra vez Gasol, Bynum y Odom marcaron la diferencia con su dominio del rebote (35 entre los 3 por 39 de todo el equipo rival) y de las situaciones cercanas al aro.
Pau Gasol acabó con 12 puntos y 17 rebotes en 37 minutos y estuvo muy bien aunque pocas veces se pudo zafar de la defensa de Love -¡qué bello duelo!. Hizo un pobre 3 de 10 en el tiro. Andrew Bynum sumó 14 tantos y 7 rebotes y Lamar Odom aportó 12 y 11. Fue el trío clave junto a Kobe Bryant, claro, que se constituyó en el mejor artillero angelino con 24 puntos.
Al otro lado, sólo Wesley Johnson estuvo a la altura con 20 puntos y 8 rebotes. Kevin Love, mientras, no lo hizo mal, pero tampoco especialmente bien. Completó su doble doble 47 de forma consecutiva, pero fue un doble doble de perfil bajo: 13 puntos, 11 rebotes y un 2 de 10 en el tiro de campo. El juego interior de los Timberwolves quedó reducido a él.
Los Lakers ganaron a base de defensa. Dejaron a su rival en 34 puntos en la segunda parte (34-50) y eso les permitió vencer anotando sólo el 37,5% de sus tiros. Eso sí, medio partido estuvo en los 28 puntos logrados por los visitantes en segundas oportunidades, muchas de ellas procedentes de rebotes ofensivos. Y es que el poder de los altos volvió a ser decisivo.
Philadelphia 93 Dallas 101
Los dos mejores equipos del mes de febrero se veían las caras en el Wells Fargo Center entrado ya el mes de marzo. Y el más fuerte de ellos, Dallas, se llevaba merecidamente el gato al agua.
Lo hacía anotando el 53,2% de sus tiros y asumiendo el liderazgo de Jason Terry, que acabó con 30 puntos en 31 minutos y 13 de 18 en el tiro de campo, y del alemán Dirk Nowitzki, autor de 22 tantos. Pero, sobre todo, viviendo del juego total del veterano Jason Kidd, que completó su triple-doble número 107 al acabar con 13 puntos, 10 rebotes y 13 asistencias. Además, robó 3 bolas y no perdió una sola.
El puertorriqueño Barea no falló. Sigue el armador boricua en muy buena línea. Esta vez, 7 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias en 16 minutos de acción.
Los Sixers, que venían de brillar y brillar, se apagaron un poco, no mucho, pero sí lo suficiente para romper su buena racha. Meeks sumó 16 puntos para los locales -12 desde el triple- e Iguodala se fue a 15 y 7 rebotes. El argentino Nocioni no saltó a la cancha.
Orlando 116 New York 110
Duelo mediático de la jornada, más que interesante, entre los nuevos Magic y los nuevo Knicks que se saldó con un tanteo alto y victoria local.
Orlando hizo el milagro de superar un balance de 2 balones robados y 18 perdidos y un resultado adverso de 15-37 en el segundo cuarto, algo que no es fácil, sin duda. Para remontar tan penosa situación tuvo que anotar 69 tantos en la segunda parte y acabar con un parcial en el último cuarto de 37-26 para sumar al final un 52,2% de acierto en el tiro por el pobre 37,2 de los Knicks.
Dwight Howard fue el verdadero estilete local con 30 puntos, 16 rebotes y 5 tapones. Nelson hizo 26 puntos y resultó crucial al anotar 23 de esos 26 tantos en la segunda mitad y Anderson destacó desde la segunda unidad. En el lado negativo, la expulsión por doble técnica del turco Turkoglu, que sólo pudo disputar 12 minutos.
Los Knicks volvieron a tener demasiado dependencia de sus tres figuras, que anotaron 85 de los 110 tantos del equipo. Billups sumó 30 con 18 de 20 en el tiro libre, Stoudemire añadió otros 30 y Anthony se situó en 25 tantos, aunque errando demasiados tiros -8 de 24 fue su serie-.