Manu Ginóbili volvió a tener una importante presencia en la contundente victoria de los Spurs ante los Heat. Los de San Antonio consiguieron su victoria más clara y ante un equipo con un registro de victorias positivo, algo que les está costando mucho este año.
Y es que los de Gregg Popovich suman ya 19 triunfos, pero pocos de ellos han sido ante los equipos fuertes de la liga, algo que preocupa en San Antonio, aunque mayor es la preocupación que se vive en Detroit después de que su equipo sumara su novena derrota consecutiva para concluir un fin de año desastroso. Ni los Pistons encuentran su juego ni Villanueva acaba de reencontrarse con su tiro.
San Antonio 108 Miami 78
No hubo color en el enfrentamiento entre Spurs y Heat en San Antonio. Los locales comenzaron a apretar el acelerador en el segundo cuarto y los visitantes ya solo pudieron ver cómo se alejaban en el horizonte el resto del encuentro. La gran defensa local en la segunda mitad, Miami sólo anotó 29 puntos en 24 minutos, terminó llevando la diferencia en el marcador a los 30 puntos.
Lo mejor de la noche fue volver a ver a Manu Ginóbili rindiendo a buen nivel. El argentino parece haber alcanzado en los últimos encuentros la consistencia en su juego que se ha echado en falta a lo largo de un comienzo de temporada tremendamente irregular y, si el físico le respeta, ha de ir a más.
Anoche, con 18 puntos, 4 asistencias y 4 robos de balón en 24 minutos, fue el mejor de los Spurs junto a Tim Duncan, 23 tantos y 10 rebotes, y Tony Parker, 15 puntos y 9 asistencias. Con Ginóbili en pista, los Spurs acumularon 30 puntos de renta respecto a los Heat. Coincidieron pues sus minutos en pista con los mejores minutos de juego de su equipo, una muy buena señal.
En los Heat, Arroyo cumplió con 5 puntos y 4 asistencias en 22 minutos su labor de ser el base de salida, pero el equipo no funcionó ni con él ni con Chalmers, con un Wade discreto, 6 de 18 en el tiro y 7 pérdidas de balón, y Michael Beasley, 26 puntos y 8 rebotes, como único jugador que rindió a alto nivel.
Detroit 87 Chicago 98
Los Bulls rompieron una sequía de 6 semanas sin ganar lejos de su casa y lo hicieron aprovechando su visita a Detroit, donde los Pistons cerraron el año con su novena derrota consecutiva -su última victoria fue el 12 de diciembre frente a los Warriors- y la sensación de que el equipo va a menos.
Chicago abrió hueco tras el descanso y vivió relajadamente el final del encuentro. Ni a Hamilton, 2 de 13 lanzamientos, ni a Prince, 5 de 16, ni a Villanueva, 4 de 14 y recuperando la máscara facial que protege su nariz durante algunos momentos de la segunda mitad, les entraron los tiros.
Un dolorido Stuckey, 22 puntos y un tobillo dañado, y el ex Bull Ben Gordon, 21, quedaron como única referencia ofensiva ante Chicago, una referencia insuficiente ante la superioridad en el rebote y la pintura mostrada por los visitantes.
Joakim Noah, 15 puntos y 21 rebotes, fue la máxuma demostración de esa superioridad, aunque perdiera 8 balones, y Rose, con 22 puntos, el máximo anotador de un equipo que recibió un tremendo impulso desde la banca por parte de hombres como Tyrus Thomas, 19 puntos, y John Salmons, 17.