San Antonio Spurs parece no levantar el vuelo. Anoche volvió a perder, esta vez al menos en una difícil cancha, pero su balance de inicio de temporada (9-9) resulta preocupante, como preocupante parece el hecho de que Manu Ginóbili no termine de volver a ser el Manu de siempre.
El argentino completó un partido vulgar y poco pudo ayudar a su equipo, que tuvo que tirar de otros hombres.
Mientras, Oklahoma City ganó a Golden State en un partido en el que brillaron los novatos James Harden y Stephen Curry.
Utah 104 San Antonio 101
Se enfrentaban en Salt Lake City 2 equipos que están en este inicio de campaña por debajo de lo esperado, pero con un importante matiz: los Jazz parecen ir recobrando su composición de sólido equipo y los Spurs parecen absolutamente perdidos por el momento.
A pesar de esas dos tendencias opuestas el partido fue equilibrado, y hubiera sido de los texanos de no mediar un desastroso tercer cuarto en el que los locales sentaron las bases de su triunfo con un parcial de 37-19, liderados por Williams y Okur.
Williams comenzó mal el partido, pero rectificó a tiempo firmando una gran segunda parte, donde anotó 15 de sus 17 puntos. Y es que precisamente Williams y Okur fueron los jugadores que cerraron el encuentro y dieron la victoria a Utah.
Tim Duncan había adelantado a los suyos (100-101) con la consecución de 2 tiros libres a 28 segundos del final. Pero Deron Williams puso, segundos después, por delante a los Jazz (102-101), que supieron defender su canasta ante el ataque posterior de San Antonio. Esa jugada errada, con tiro fallado por Parker, fue la clave de un encuentro que acabó en manos de Okur. Y es que 2 tiros libres del turco a 1,5 segundos de la conclusión (104-101) apuntaron la victoria del equipo mormón.
Aún siendo Williams (17 puntos y 11 asistencias) y Okur (14 y 9) importantes, tanto o más lo fue Carlos Boozer, que en fantástica forma volvió a liderar al equipo con 27 tantos, 7 rebotes y 5 asistencias. Ronnie Brewer tuvo también una noche feliz (17 puntos y 10 rebotes) y C.J.Miles colaboró desde la banca.
Porque fue un triunfo sobre todo del quinteto titular de los Jazz, que amasó muchos minutos y con muy buen tono de juego y acierto en la ejecución final de las jugadas.
Mientras, en San Antonio volvió a faltar la aportación de hombres como McDyess y el novato Blair, pero fundamentalmente volvió a echarse de menos la contribución de 2 hombres capitales: Manu Ginóbili y un Richard Jefferson que se encuentra completamente perdido.
Manu volvió a estar muy por debajo del gran Manu. Jugó 24 minutos insulsos en los que hizo 5 puntos, 3 asistencias y 2 robos con 2 de 7 en el tiro. No aportó demasiado a los suyos.
Los que sí aportaron fueron el trío Bonner-Duncan-Parker, aunque es de preocupar que el 'big three' visitante pase a integrarlo Bonner y no Ginóbili.
Bonner estuvo fantástico y fue el mejor Spur con 28 puntos en 32 minutos, con 8 rebotes, 4 triples y 3 asistencias. Toda una demostración de fuerza. Mientras que Duncan y Ginóbili aportaron 23 puntos y 11 rebotes, el primero, y 22 tantos, el segundo. Aún así, nueva derrota de estos Spurs de Popovich que poco se parecen a los Spurs de los últimos años.
Otro triunfo de los Thunder
El equipo que parece consolidarse como un conjunto más que prometedor es Oklahoma City Thunder, que anoche sumó un nuevo triunfo, esta vez ante los Warriors por 104-88, tras aprovechar en el tercer cuarto la expulsión del visitante Maggette.
Los Thunder de Scott Brooks volvieron a solventar con brillantez la papeleta guiados por Kevin Durant (28 puntos y 9 rebotes) y Jeff Green (21 y 13), pero sobre todo apoyados en la explosión del novato James Harden, que fue el mejor con 26 tantos, 9 rebotes y 5 asistencias en 30 minutos.
Y es que fue un partido de alegre visión de novatos, pues Harden brilló en los locales y Stephen Curry lo hizo en los visitantes (22 puntos y 4 robos), unos Warriors que volvieron a tener como máximo encestador al cuestionable Monta Ellis, que anotó 31 puntos ejecutando nuevamente un partido de auténtico chupón (28 tiros por 3 asistencias) y de auténtico descontrol (9 pérdidas). Porque este chico parece dispuesto a batir todos los récords posibles en el apartado de balones regalados al rival.