David venció a Goliat. El diminuto Nate Robinson se ha impuesto al hercúleo Dwight Howard en el Concurso de Mates del All-Star de Phoenix, concurso que ha sido el mejor, con diferencia, de todos los celebrados en la jornada del sábado y en el que el español Rudy Fernández ha tenido una dignísima actuación.
Fernández, primer jugador extranjero que participaba en el Concurso de Mates en la historia de la NBA y único jugador blanco de los 4 participantes, completó una muy buena participación que no fue valorada en su justa medida por el jurado, si bien es verdad que le perjudicó lo mucho que le costó realizar su segunda volcada.
En la primera, el escolta de Portland Trail Blazers vistió la camiseta número 10 con la que Fernando Martín se convirtió en los ochenta en el primer jugador español en militar en la NBA, precisamente en el equipo en el que ahora juega Fernández. Rudy lanzó el balón por detrás de su espalda contra la parte superior del tablero y lo agarró en el aire, muy arriba, para hundirla en el aro. Recibió 42 puntos.
En su segundo intento, Fernández se hizo acompañar por su compatriota Pau Gasol para que le facilitara el pase para el mate. Pero la complicación de la jugada hizo que, unas veces por falta de precisión de Gasol y otras por falta de definición de Fernández, el mate no llegara hasta última hora, cuando ya se habían agotado los 2 minutos preceptivos. Eso sí, cuando llegó resultó impresionante. Gasol pasó contra el tablero por su parte trasera, Rudy recogió la bola a una mano y machacó la canasta a aro pasado. Los 42 puntos de los 5 jueces supieron a poco.
La primera ronda acabó con un dominio aplastante de Dwight Howard, que sumó la máxima puntuación en sus dos volcadas con 100 puntos, seguido por Nate Robinson con 87, J.R.Smith con 85 y Rudy Fernández con 84. Los 2 primeros pasaron a la final.
Lo más destacado de esta primera ronda fue el segundo mate de Howard, sobre todo por la escenografía que lo acompañó. Para empezar, el jugador hizo sacar a la pista una canasta ajena a las del pabellón y la elevó a mucha más altura de los 3,05 reglamentarios. Y sobre ese aro a más de 3,50 del suelo hizo el mate a pase de Jameer Nelson no sin antes meterse en una cabina telefónica instalada para la ocasión en la que se disfrazó de Superman bajo los acordes de la banda sonora de la película. El mate a una altura superior fue una especie de compensación por la altura que saca a Robinson, nada menos que unos 40 centímetros.
La kryptonita derrota a Superman
Pero lo que no sabía Howard es que Nate Robinson había guardado lo mejor para la final. Vestido enteramente de verde para semejarse a la kryptonita, ese mineral que convierte a Superman en un ser terrestre y frágil, Robinson hizo un primer mate poco imaginativo pero tremendo en su ejecución (¡hay que ver a qué altura estaban sus pies del suelo!) y para finalizar hizo una segunda volcada sencillamente brutal.
Para ella pidió la colaboración de su rival. Colocó a Howard -2,13 de estatura- de cara al aro y el pequeño jugador de los Knicks -apenas 1,73- saltó por encima de los hombros del pívot de los Magic para hundir el balón en el aro.
Fue el mate definitivo, el que le dio el favor del público, ya que la victoria se decidió por el voto popular. Antes de anunciarse el ganador, el U.S Airways Center ya gritaba "Nate-Nate-Nate" y la votación secundó esa propuesta, aunque no por mucho margen: Robinson logró el 52% de los votos emitidos.
De este modo, el base de los Knicks gana su segundo Concurso de Mates de la NBA, un galardón que ya lograra en el año 2006.