Los Sacramento Kings vieron ayer como, por fin, el ayuntamiento de la ciudad daba vía libre al inicio de la construcción de un nuevo pabellón con el que garantizan que el equipo permanezca las próximas décadas en la capital del estado de California. Costará 477 millones de dólares.
Los concejales de la ciudad estaban citados para votar la aprobación o no de la contribución pública a la obra, estimada en 255 millones de dólares frente a los 222 que han de aportar los Kings. El resultado de la votación, 7-2 a favor del proyecto, provocó el júbilo de los cientos de aficionados del conjunto de Sacramento que abarrotaban la sala de plenos y buena parte de los alrededores.
El ex jugador de la NBA y alcalde de la ciudad, Kevin Johnson, principal impulsor del proyecto, celebraba también el resultado de la votación que, según él, marca “el final de una era y el nacimiento de una nueva”. También el dueño de los Kings, Vivek Ranadive, se dirigió a la multitud para asegurar que “éste es vuestro equipo y está aquí para quedarse”, lo que provocó una atronadora ovación de los presentes.
El nuevo estadio de los Kings ocupará el espacio en el que ahora se ubica el Downtown Plaza, un gran centro comercial construido en los años 70 y actualmente en decadencia, con buena parte de sus locales vacíos. Los trabajos preparatorios para su derribo se podrían iniciar en los próximos días, con la demolición proyectada para el mes de julio y el inicio de las obras planificado para noviembre. Si todo va tal y como se ha proyectado, la nueva pista de los Kings abriría sus puertas en septiembre de 2016.
Los opositores al proyecto aun así, tratarán de gastar sus últimos cartuchos en las próximas semanas buscando las firmas necesarias para forzar la convocatoria de un referéndum vinculante, que debería refrendar o no lo votado ayer, y también en los tribunales, donde no parece fácil que prosperen las demandas ya presentadas contra el proyecto del pabellón.