James Harden hizo un partido memorable, estuvo inmenso en los 3 minutos finales del encuentro, pero terminó comiéndose el último balón del partido y dejando a su equipo a las puertas de una victoria en el Oracle Arena. El baloncesto es así de cruel.
Se comportó mejor el destino con Stephen Curry, que lideró a los locales otra vez a gran nivel aunque no estuviera muy activo en la anotación en esos 3 minutos postreros. Eso sí, un dos contra uno de él y Klay Thompson sobre Harden en la jugada decisiva malogró la potencial victoria de los texanos.
Houston tuvo en pista, y a muy buen nivel, a Dwight Howard a pesar de su lesión, pero no pudo rematar. Y ahora está con un 2-0 en contra en las Finales del Oeste.
Golden State 99 Houston 98 (2-0)
Los Rockets se van de Oakland con un 2-0 en contra a pesar de haber dado la sensación de tener empaque para ganar algún partido. Eso sí, los números empiezan a ser tozudos con los de Kevin McHale porque los Warriors acumulan un 45-3 en el Oracle Arena esta campaña, una temporada en la que le han endosado a Houston ya un set de tenis: 6 partidos jugados entre ellos, 6 victorias californianas.
Anoche, pudo llegar el primer triunfo de Houston, pero la jugada final fue la que fue. James Harden había completado un partido extraordinario y había sido mucho más que Stephen Curry en los 3 minutos finales, en los que el barbudo jugador se mostró omnipresente metiendo 10 de los 12 últimos puntos de su equipo y regalando los otros 2 a Howard en un fantástico alley-oop. Pero en el momento de la verdad, no apareció el Harden clarividente.
Con 99-98 en el marcador, Harrison Barnes erró una difícil entrada a canasta a 7 segundos del final y el balón quedó en manos de Harden para la definición del partido, pero las dudas le mataron. Un dos contra uno del dúo Curry-Thompson le hizo pasar el balón, un balón que regresó a Harden, pero para entonces ya había perdido el pase necesario al centro de la zona y ese dos contra uno reiterativo hizo que Harden perdiera el balón y el partido.
Los Warriors, en realidad, podrían haber roto el partido mucho antes. Concretamente, en el segundo cuarto, cuando se pusieron 17 puntos arriba con un 49-32, pero entonces surgió una bravía reacción texana para con un 6-23 llevar el partido al descanso con empate a 55.
La segunda parte tuvo menos alegrías ofensivas. Se jugaba una final. Hubo tensión, despliegue físico, compromiso defensivo e igualdad. Hasta que se llegó a ese final apretado en el que Harden lo fue todo para bien y para mal. Fue Harden el que permitió que su equipo tuvieron opciones de triunfo merced a su actuación magistral y fue Harden el que dejó a los suyos con la miel en los labios, exhaustos cuando ya estaba arribando triunfales a la playa.
Pasión en la grada tras un triunfo liderado de nuevo por un estellar Stephen Curry (33 puntos, 5 triples y 13 de 21 en el tiro). Andrew Bogut hizo uno de los partidos más brillantes que se le recuerdan últimamente para firmar 14 tantos, 8 rebotes, 5 tapones y 4 asistencias y Draymond Green sumó 12 puntos, 8 rebotes y 7 pases de canasta. Discreto Klay Thompson con 13 puntos y desacierto desde el triple. Los Warriors metieron el 53% de sus tiros, sumaron 31 asistencias, pero sufrieron por sus 17 pérdidas de balón.
En Houston, brutal Harden con 38 puntos 10 rebotes, 9 asistencias y un 13 de 21 en el tiro. Además, robó 3 balones y solo perdió 2. Tras él, capital la aportación de Dwight Howard (19 puntos y 17 rebotes jugando 40 minutos). En el lado negativo los bajos rendimientos de Josh Smith, Trevor Ariza y Corey Brewer. El argentino Pablo Prigioni jugó 7 minutos y no anotó.