JORNADA NBA / FINALES 2014

Los Spurs dan otra lección de baloncesto en Miami con Kawhi Leonard al frente

San Antonio vence 86-107 en Florida y se coloca con un 3-1 a un paso del título de la NBA

hispanosnba.com |

Kawhi Leonard y Tim Duncan, dos piezas esenciales en el éxito de Spurs
Kawhi Leonard y Tim Duncan, dos piezas esenciales en el éxito de Spurs (San Antonio Express-News/Zuma Press/Icon SMI)

Segundo partido en Miami y segunda lección magistral de baloncesto de San Antonio para una nueva victoria por KO técnico.

Los Spurs han vencido en el cuarto encuentro de las Finales dominando de principio a fin y solventando de nuevo la situación en una gran primera parte.

Si en el tercer encuentro resolvieron a partir de una ofensiva colosal en el primer tiempo que supuso anotar 71 puntos con un acierto en el tiro increíble, en el cuarto juego lo han hecho a partir de una defensa sin fisuras que dejó a Miami en 36 puntos al descanso. Versatilidad absoluta para ganar por 19 y 21 puntos en Florida y poner patas arriba las Finales.

Y otra vez Kawhi Leonard fue la estrella del partido. Enorme el joven alero. Aunque no hay que desdeñar el gran partido realizado por Boris Diaw, ni la muy sólida primera parte de Tony Parker. Eso sí, San Antonio volvió a ser una cosa por encima de todo: el poder del colectivo al servicio del éxito.

Miami 86 San Antonio 107 (1-3)

Esta vez tiene toda la pinta de que no se les puede escapar el título. Los Spurs están dominando de forma espectacular las Finales 2014 y lo están haciendo a partir de dos impresionantes partidos como visitantes. No es sencillo ganarle a Miami dos encuentros seguidos a domicilio por 19 y 21 puntos. Es más, se trata de una hazaña sin edulcorantes, a palo seco, a lo grande.

Otra vez los de Gregg Popovich, extraordinaria su dirección en estas Finales, impusieron su ley a partir de una gran primera parte que finalizó con un contundente 36-55. La ofensiva de Miami completamente atascada ante la fenomenal defensa visitante, completada con un ataque bien trenzado, con todo el sentido del mundo, participativo a más no poder por parte de todos los integrantes del engranaje texano, un equipo que dominó desde principio a fin.

Anotó Miami la primera canasta del partido por mediación de Chris Bosh y a esa cesta le sucedió una reacción de San Antonio para ponerse con 4-13 a favor y ya no perder nunca el liderazgo en el marcador.

En el 36-55 que reflejaba el luminoso al descanso, ya habían anotado 9 jugadores visitantes con Tony Parker llevando la manija con 12 puntos, Danny Green en 9 tantos y Leonard y Patty Mills con 8. En Miami solo funcionaban, y sin demasiado brío, LeBron James y Chris Bosh, aunque la ofensiva de éste desapareciera tras el descanso. Nadie de Heat había metido 10 puntos llegados al intermedio.

El tercer cuarto fue simplemente la certificación de un gran fracaso local y un gran éxito visitante. Al final del cuarto, un contundente 57-81 que disipaba cualquier duda. Miami no estaba en condiciones de remontar y solo podía aspirar a no ser masacrado, a maquillar la situación como pudiese ante su afición. Tampoco es que maquillara mucho al final, pero al menos la sangría no fue a peor. 

Fue este tercer cuarto la prueba más palpable de la grandeza de LeBron James y la diminuta presencia del resto del equipo. LeBron metión 19 puntos en el cuarto para terminar el tercero con 28 y el ceño fruncido. Sus compañeros habían desertado como suele hacer el público de Miami cuando vienen mal dadas. Y San Antonio había campado a sus anchas con su baloncesto de alta escuela, que es una delicia para los ojos.

A la conclusión, un +21 para Spurs con un 57% en el tiro de campo, 17 rebotes más que el rival y el doble de asistencias. Con Kawhi Leonard en MVP de nuevo con 20 puntos, 14 rebotes, 3 tapones, 3 asistencias y 3 robos. Parker sumó 19 tantos, Patty Mills hizo 14 en solo 16 minutos en plan microondas con 4 de 6 triples, Tim Duncan firmó un doble doble y Boris Diaw, que volvió a ser titular, rozó el triple-doble con 8 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias. Crucial el francés. Cada vez que estuvo en pista el ataque de San Antonio cobró todo el sentido del mundo, se hizo más grande, ofreció una dialéctica imparable.

En la fiesta texana, el argentino Manu Ginóbili aportó 7 puntos y 2 asistencias en 28 minutos de juego. El de Bahía Blanca acaricia su cuarto anillo. Impresiona.

En Miami, LeBron James y se acabó. La estrella local (28 puntos, 8 rebotes y 4 triples) estuvo sola, desasistida, desamparada. Nadie más hizo algo por el equipo. Chris Bosh metió 12 puntos y Dwyane Wade, 10 con 4 robos y un 3 de 13 en el tiro. Ambos resultaron decepcionantes. Chris Andersen cometió 5 faltas en 10 minutos y Mario Chalmers rumió un nuevo fracaso. Lo único llamativo, los 11 puntos en 3 minutos con un 4 de 4 en el tiro, incluidos 3 triples, de James Jones. Pero fue un ejercicio de fuego de artificio en un equipo que no está para tirar cohetes.