ANÁLISIS

Una vez más, LeBron en el horizonte

El futuro de la estrella de los Cavaliers sigue condicionando el mercado

Enrique Calvo |

Si hay una cosa que nos ha dejado claro el cierre de las operaciones de traspaso del pasado jueves es que el principal protagonista ha sido un jugador que no se ha movido: LeBron James. El deseo de poseer al MVP de la temporada pasada ha dictado el comportamiento de muchos equipos.

Más allá de los intentos de equipos como Dallas, Portland o Houston por reforzarse de cara a afrontar los playoffs otros, como New York, Chicago siguen moviéndose como si tuvieran la foto de LeBron ubicada sobre la mesa del despacho. Pero vayamos por partes.

Objetivo 1: los playoffs

En el primer grupo de las grandes operaciones de la última semana, hay que incluir a 3 equipos que han realizado movimientos importantes de cara a aumentar su competitividad de cara a la fase final.

Los Mavericks se han hecho con Caron Butler y Brendan Haywood, los Rockets con Kevin Martin, deshaciéndose de McGrady, y los Blazers con Marcus Camby. Habrá que ver cómo les sale la jugada, pero a primera vista quien mejor ha sabido calibrar la relación calidad/riesgo parece haber sido Kevin Pritchard.

Los Blazers se han hecho con Camby, una pieza que necesitaban por la baja por lesión de Oden y Przybilla, sin apenas perder nada -ya que Portland tiene hombres de sobra para ocupar las posiciones tanto de Outlaw, lesionado buena parte de la temporada, como de Blake- ni empeñarse lo más mínimo, puesto que Camby acaba contrato a final de temporada.

Tampoco arriesgan mucho los Mavericks aunque habrá que esperar a ver cómo funciona el cambio de Butler por Howard pero, en principio, su presencia y la de Haywood reforzando la parte más débil del equipo, el puesto de 5, dan la posibilidad a los de Dallas de subir un peldaño. Eso sí, no está claro que ese peldaño vaya a ser suficiente.

Mucho más riesgo han asumido los Rockets con la contratación de Kevin Martin. El contrato del escolta es largo y de elevado valor –35 millones las próximas 3 temporadas- y, aunque la calidad de Martin es indiscutible, su físico, propenso a las lesiones, ofrece muchas más dudas, tantas como el encaje en el sistema de Adelman de un jugador de perfil netamente ofensivo y acostumbrado a ir por libre.

Objetivo 2: LeBron James

En un segundo grupo tendríamos a los que apuestan por el verano que viene. Dos equipos, Chicago y New York, se han movido claramente con ese objetivo, mientras que un tercero, Cleveland, anda a caballo entre los 2 objetivos mencionados.

Está claro que la llegada de Jamison busca reforzar a los Cavs de cara al final de temporada, pero intenta, sobre todo, convencer a LeBron James para que se quede en Cleveland. Y qué mejor manera de hacerlo que ganando el título.

Para ello, los Cavaliers no han dudado en hipotecarse y asumir el peligroso contrato de Jamison, que cumplirá los 34 en junio y tiene 28 millones de dólares comprometidos para las 2 próximas temporadas. Tampoco han dudado en desprenderse de Ilgauskas, aunque ya veremos si vuelve como anuncian algunos rumores, y apostar por que Shaquille O’Neal tendrá fuelle para llevar en solitario el peso del juego interior. Dos apuestas de riesgo, una a medio y otra a corto plazo, para conseguir que ‘el Rey’ no busque otros territorios donde reinar.

Mientras, 2 de los equipos más poderosos económicamente de la NBA, New York y Chicago siguen descargando salarios a la espera de que el verano les permita convencer a LeBron -o en su defecto a Wade o Bosh- para cambiar de aires.

Los Bulls no han conseguido traspasar a Hinrich, lo que les habría dado aún más espacio, pero tienen a Rose como gancho y los Knicks, con apenas 20 millones de dólares en contratos garantizados para el año que viene, tienen hueco ya para fichar a 2 estrellas y la opción, quien sabe, de dar continuidad a McGrady a un precio mucho más asequible que el actual.

El problema de los Knicks, y el del resto de aspirantes, es que ahora mismo empieza a dar la sensación de que hay más espacio salarial que jugadores para rellenarlo, que hay equipos, como Miami, que además de tener ya a una estrella tienen el mismo margen de maniobra que sus rivales o más, y que, dada la incertidumbre sobre las futuras condiciones salariales, está por ver que James, Wade o Bosh no opten por agotar sus contratos y dejar helado de frío el verano de 2010.

Para algunos equipos sería el desastre, pero quien recibiría el golpe más duro no cabe duda de que serían los Knicks. Los de Nueva York llevan 2 años viviendo únicamente para el próximo verano, vendiendo a una afición desencantada de un equipo errático la quimera de la llegada de LeBron y algún otro jugador de calibre, apostando todo a una única carta. Si la carta no sale, el abismo puede abrirse a los pies de Jim Dolan y Donnie Walsh.