No fue rival Pelicans para unos Warriors que suman ya un 3-0 como equipo visitante en este inicio de temporada. La ofensiva de Golden State dejó en evidencia el endeble trabajo defensivo de New Orleans, con Stephen Curry en modo estelar.
Otro partido sobresaliente de Curry, que en 30 minutos de juego se fue a 42 puntos con excelentes series de tiro: 15 de 22 en campo con 7 de 13 desde el triple.
Curry dominó el partido a su antojo y la defensa de su equipo hizo el resto en un encuentro en el que no jugó el local Brandon Ingram ni tampoco el visitante Klay Thompson.
La clave del partido estuvo en la recta final del tercer cuarto, momento en el que un parcial de 13-1 para Warriors colocó el 78-98 con el que empezaría el cuarto final, y en ese parcial tuvo mucho que ver el buen quehacer de Chris Paul, que va acomodándose a su rol de sexto hombre en estos Warriors.
Golden State ganó con enorme facilidad 102-130 a pesar de que Draymond Green solo jugó 22 minutos y Andrew Wiggins 20.
En el lado positivo las aportaciones del citado Paul (13 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias) y del novato Trayce Jackson-Davis, que se fue a 13 tantos, 9 rebotes y 4 tapones en 20 minutos, sorprendiendo para muy bien.
Moses Moody fue titular en lugar del ausente Thompson, y no lo hizo nada mal. Bien la segunda unidad del equipo.
Pelicans fue un equipo vulgar, sin defensa, sin virtudes palpables y con una labor lamentable en los tableros, donde hubo un abismo entre los dos equipos.
Zion Williamson se metió en problemas de fatas en el tercer cuarto y terminó la noche con 19 puntos, los mismos que su compañero C.J. McCollum, pero ninguno de los dos tuvo una buena efectividad en ataque.
El novato, ex de UConn, Jordan Hawkins ejerció como titular y jugó 35 minutos.