Lakers alcanzó el 50 por ciento de triunfos tras ganar 116-111 a un rival directo como es OKC Thunder. Y eso es decir mucho, porque los angelinos se sitúan así en su momento álgido de la temporada. Nunca en el presente curso habían equilibrado su balance victorias-derrotas, lo que dice mucho acerca de su paupérrima temporada.
Se enfrentaban en L.A. dos equipos igualados en la tabla con 36-37. La victoria se antojaba crucial en un Oeste lleno de trampas y emociones. Por eso, el triunfo del equipo de Darvin Ham, el tercero consecutivo, se antoja tan lleno de matices felices para sus aficionados, porque pueden soñar incluso con meterse de forma directa en los playoffs. Ahora mismo el equipo es séptimo empatado con Minnesota.
Anthony Davis lo fue todo. Fue el alma del equipo en los dos lados de la cancha. Fue el artífice máximo de una victoria muy trabajada en la que no le faltaron acompañantes. El pívot de Lakers se fue a 37 puntos y 15 rebotes, con un espléndido 15 de 21 en el tiro de campo.
Le acompañaron Dennis Schröder con 21 puntos y 6 asistencias y Lonnie Walker IV con 20 puntos y 3 robos de balón, un Lonnie Walker IV que de repente emergió del ostracismo tras haber caído en desgracia a los ojos de Darvin Ham, pues había desaparecido de la rotación desde el pasado 15 de marzo.
Son las cosas del entrenador de Lakers. Esas cosas que han llevado al equipo californiano a saltar a la pista con 37 equipos titulares distintos en los 74 partidos que ha disputado, y es que más allá de las lesiones, la indefinición crónica de Ham para armar un proyecto sólido ha lastrado a los Lakers constantemente, sin restar deméritos al trabajo hecho por Pelinka desde los despachos.
El triunfo apurado ante Thunder antes de empezar la temporada hubiera sido considerado una pequeña decepción, pero ahora, avanzada ya la competición, es todo un logro. Por una parte, porque Oklahoma City se ha mostrado como un equipo muy competitivo, mucho más allá de lo esperado. Por otra, porque Lakers ha jugado sin LeBron James y sin D'Angelo Russell, si bien la marcha de los angelinos sin LeBron es más que esperanzadora: 8-5 desde que se lesionó.
El partido tuvo dos caras bien distintas. La primera parte fue un compadreo típico de estos tiempo, un 74-66 sin defensas en el que Lakers metió 41 puntos en el primer cuarto y Thunder hizo 41 en el segundo. La ventaja de Lakers llegó a ser de 17 puntos, pero poco cundió. Jugándose como se juega ahora, 17 puntos de ventaja vienen a ser como los 20 años de Gardel: nada.
La segunda parte fue harina de otro costal. Ambos equipos se jugaban mucho y se acabaron las concesiones. Se defendió tras el descanso, Lakers y Thunder se lo tomaron bien en serio. Otro partido, sin duda.
Thunder peleó hasta el final. Josh Giddey se marcó un partidazo (27 puntos, 17 rebotes y 7 asistencias). Lástima que perdiera un balón importante en la recta final del partido. Y Shai Gilgeous-Alexander firmó 27 puntos y 8 asistencias, con Lu Dort metiendo 15 puntos y con Jeremiah Robinson-Earl haciendo 14.
En Lakers, además del trío Davis-Schröder-Walker IV, buenos minutos de Wenyen Gabriel y aportación al juego positiva del muy en forma Austin Reaves, por mucho que esta vez tuviera una mala noche en el tiro.