Los aficionados de Warriors sentían que la vuelta al juego de Stephen Curry podría ser el asidero para que el equipo reaccionara de una vez por todas, pero ese asidero sigue sin aparecer, porque Curry es buenísimo, pero no hace milagros.
Memphis dejó un día más en evidencia la fragilidad de Golden State como visitante. Los de San Francisco suman 3 derrotas seguidas, las 3 fuera de casa, desde que regresó Curry, un 0-3 con Curry en pista que se torna altamente preocupante a estas alturas de la temporada.
"Ellos jugaron mucho mejor y nosotros jugamos mucho peor". Son palabras de Steve Kerr tras el partido. A veces las explicaciones más simples son las más válidas, y no hay que devanarse mucho la cabeza para explicar lo que ha ocurrido dentro de una cancha.
Un análisis algo más concienzudo, pero igualmente superficial, nos diría que Warriors carece de equilibrio dentro-fuera, que al equipo se le va la mano con el triple, que este equipo carecen de entidad reboteando o que ante Memphis perdieron los Warriors 17 balones. Pero más allá de todo eso la clave es mucho más sencilla: el equipo de Steve Kerr arrastra una falta de compromiso defensivo aberrante.
En estas 3 últimas derrotas encajó 113 puntos ante Lakers, 137 frente a Thunder y 131 esta noche en su duelo con Grizzlies. Es un problema que viene arrastrando toda la temporada el equipo, el de su pésima defensa fuera de casa, lo que ha convertido a la escuadra californiana en una bestia bicéfala, en un grupo bipolar que en casa funciona, mientras que fuera de casa desaparece.
Lo de hoy no ha sido más que la constatación de un hecho que se repite sin cesar. Memphis le hizo a Warriors 48 puntos en el primer cuarto para un contundente 48-28, y a partir de ahí los visitantes ya perdieron la iniciativa. Se fueron al descanso perdiendo 77-59 y su única reacción llegó en un buen tercer cuarto que dejó el marcador en un apretado 99-93. Pero llegado el cuarto final fue Memphis el que demostró que los partidos se ganan defendiendo, y con un 32-17 se deshizo del rival.
Se cumplieron los pronósticos, al fin y al cabo. Un equipo fuerte en casa, Memphis (27-5), derrotó a un equipo débil como visitante, Golden State (7-26).
Y no olvidemos que Memphis está jugando sin Ja Morant, Steven Adams y Brandon Clarke.
Brilló ante Warriors el español Santi Aldama, que terminó con 15 puntos y 7 rebotes en 30 minutos, metiendo 3 de su 5 intentos triples y haciendo Memphis un +16 con él en pista.
Tyus Jones (22 puntos y 11 asistencias), Jaren Jackson Jr. (21 puntos y 9 rebotes) y Desmond Bane (21 puntos y 6 pases de canasta) lideraron la ofensiva local, que estuvo acertada desde el triple y que acabó con prácticamente un 54% de acierto en el tiro de campo.
Warriors, que sigue sin Andrew Wiggins y que perdió a Jonathan Kuminga por lesión antes de empezar el partido, tuvo a Stephen Curry con 29 puntos, a Jordan Poole con 22 porque cuando es titular anota y cuando es suplente se dispersa, pero con un -33 su equipo hoy con él en la cancha, a Draymond Green con 16 puntos y 7 asistencias y a Klay Thompson con 14 puntos.
El partido nos dejó el numerito de rigor protagonizado por dos dueños de la farándula en el barro, Dillon Brooks y Draymond Green, puro espectáculo circense para consumo masivo, nada más. Lo de Dillon Brooks empieza a resultar ridículo.
Memphis sigue luchando a brazo partido por la segunda plaza del Oeste con Sacramento, y Golden State está con un pobre 34-33, pero peleando por posiciones dignas todavía en una conferencia igualadísima.