La estancia de Kemba Walker en Dallas Mavericks ha sido tan fugaz como la de Facundo Campazzo. El fichaje del 4 veces All-Star era una apuesta de riesgo deportivo debido a su precariedad física y el experimento apenas ha tenido prestancia.
Triste la despedida de Kemba, que anoche jugó su último partido con Mavs haciendo 2 puntos en 2 minutos en una derrota dolorosa ante su exequipo Boston Celtics (95-124).
Ha sido el periodista de ESPN Tim MacMahon el que ha adelantado que el jugador será cortado para así no verse obligado Dallas a garantizar su contrato, algo que hubiera ocurrido si mañana sábado Walker hubiera permanecido en el equipo.
Jason Kidd ha dado últimamente más minutos a McKinley Wright IV, a lo que se ha unido la intención del cuerpo técnico de apostar un poco más por el joven Jaden Hardy, circunstancias ambas que unidas a la posible garantía de su contrato han dejado fuera de la ecuación de la franquicia a Kemba.
A Walker tan solo le ha dado para jugar 9 partidos con el equipo texano, partidos en los que ha promediado 8 puntos y 2,1 asistencias en 16 minutos de acción.
Poco queda de lo que fue Kemba Walker. A sus 32 años el jugador apenas puede encadenar esfuerzos cercanos en el tiempo sin resentirse o tener que descansar. Sus momentos buenos ya no pasan de ser puntuales, pero no se rinde. Ahora quedará como agente libre y su único objetivo será buscar un nuevo equipo.