JORNADA NBA / TEMPORADA REGULAR 2021-2022

Los Nuggets de Nikola Jokic hunden aún más a los Lakers

Denver gana 118-129 con partidazo del serbio escoltado por Barton y Gordon

Davis y Westbrook tiran de unos Lakers sin LeBron que volvieron a naufragar en defensa

Ángel Mustienes |

Hay pequeñas señales que marcan la descomposición de un equipo: Talen Horton-Tucker bostezando en la banda en el primer cuarto, Malik Monk haciendo una falta innecesaria sobre un triple en el último segundo de la primera parte, el público abandonando el pabellón a 1:07 del final cuando aún no todo estaba perdido, Carmelo Anthony fallando solo bajo canasta con el partido ya finiquitado, Monk presionando a Austin Rivers en medio de la pista hasta la bocina final con marcador de 118-129...

Lakers está en esa pantalla, en la de la desconexión, en la de la irrelevancia absoluta en el aspecto competitivo, en la de la insolidaridad en pista, en la del lenguaje corporal derrotista y derrotado, en la de la falta de química entre sus componentes. Y en ese equilibrio precario en el alambre sin red, todo apunta a que se masca la tragedia.

Otro partido crucial y otra derrota. Esta vez sin LeBron James en pista. Derrota ante Denver Nuggets (118-129), que asciende hasta la quinta plaza del Oeste superando a Utah Jazz. El milagro no es californiano, el milagro es serbio y se llama Nikola Jokic.

El vigente MVP de la NBA trazó otro exquisito partido con su paleta infinita de colores. Fue Jokic un guía innacesible siempre para Lakers, un jugador impasible que se manejó a su gusto en la pista hasta firmar 38 puntos, 18 rebotes, 6 asistencias, 3 robos y un 15 de 22 en el tiro de campo. Es cierto que acabó el primer cuarto con 0 asistencias y 5 pérdidas de balón, pero pronto subsanó esa tara para perder solo 2 balones en los 36 minutos restantes.

A Lakers le pesó lo de siempre: su invisible defensa y su enfoque individual a la hora de atacar el aro rival. Y así no se puede hacer gran cosa, y menos aún si desde el banquillo Vogel, Fizdale y compañía no son capaces de hilar un discurso comprensible para los pobres mortales que saben bastante menos de esto que ellos, unos pobres aficionados que no saben con qué quedarse ante la rotación aparentemente caótica a la que el cuerpo técnico ha llevado al equipo durante la temporada.

Hoy no se podrá culpar de la derrota a Russell Westbrook, que hizo un notabilísimo partido en ataque (27 puntos, 10 rebotes, 7 asistencias, 11 de 15 en campo y solo 2 pérdidas), formando con Anthony Davis (28 puntos, 9 rebotes, 8 asistencias y 3 tapones) el único reducto ofensivo plenamente solvente, y eso a pesar de que Davis jugó con evidentes limitaciones, quitándose la zapatilla para aliviar sus males cada vez que se sentaba en el banquillo.

Los males de estos Lakers van mucho más más allá de un pie, una lesión o una simple mala palabra, son estructurales y, si no lo remedia un milagro, van a poner fin a la temporada del equipo en este mes de abril, sin ni siquiera pisar el play-in. De ser así, se trataría de un fracaso sin paliativos, un desastre de un orden mayúsculo, con pocos precedentes de tal calibre.

Mientras Lakers se flagela por sus errores, Nuggets se autoestimula en las dificultades teniendo un líder que no solo hace números formidables, sino que también genera la mejora de todo lo que le rodea.

Este domingo tuvo Jokic sus colaboraciones. Arrimaron el hombro de forma eficaz Will Barton -25 puntos con 6 de 8 desde el triple- y Aaron Gordon -24 puntos y 8 rebotes brillando especialmente en la primera parte-. Y también tuvo sus minutos de calidad el ex Laker DeMarcus Cousins, que metió 14 puntos en 15 minutos haciendo daño a un equipo cuya fragilidad defensiva está sobre la mesa desde el inicio de la temporada, una defensa que ha encajado ante Denver el 57,3% de los tiros recibidos.

Con el argentino Facundo Campazzo siguiendo un día más el juego desde la banda, Nuggets fue capaz de romper el equilibrio del marcador en el momento justo, en el último cuarto, mostrando una vez más otra de las carencias de Lakers: su incapacidad para gestionar finales de partido bajo presión, algo que llama la atención viendo la experiencia que atesora la plantilla, pero que puede explicarse por la falta de fuelle físico a la hora de llegar a esos finales ajustados.

Lakers suma ya 6 derrotas consecutivas y solo ha ganado 10 de sus últimos 38 partidos, cayendo ya hasta un 31-47 que le complica la situación ante los Spurs en su lucha por el último puesto del play-in.

Veremos si Lakers se rinde o no y veremos cómo afronta LeBron James este sprint final, con la necesidad de jugar al menos 2 de los últimos 4 partidos si quiere luchar por ser máximo anotador de la temporada. Ese sería un consuelo personal que no mitigaría el tremendo desconsuelo que tienen los seguidores de Lakers, unos seguidores que esta temporada ya se han acostumbrado a vivir en la resignación, visto el triste espectáculo que está dando su equipo.