RÉCORDS

Stephen Curry supera a Ray Allen para alcanzar el reinado del triple

Curry mete su triple 2.974 en el Madison y recibe en la pista el abrazo de Ray Allen

El jugador de Warriors pasa a encabezar la lista histórica y se acerca a los 3.000

Ángel Mustienes |

Todo estaba preparado para una noche histórica en el Madison Square Garden y Stephen Curry no falló. El base de Warriors necesitaba 2 triples para coronarse como el rey del triple de todos los tiempos y no tardó en meterlos.

Con 64 segundos de partido jugados encestó su primer triple a los Knicks, un triple frontal que encendió a una grada ávida de historia. Con él igualaba la marca histórica de 2.973 triples de Ray Allen.

Y a 7:33 de que acabara el primer cuarto enchufó el segundo, con Alec Burks encima de él. Ese era el triple definitivo, el que le coronaba, el 2.974 de sus carrera NBA, el que superaba por uno a Allen.

Warriors paró de inmediato el partido pidiendo tiempo muerto para que el Madison se rindiera a los pies de Curry, y así fue. Abrazos con Steve Kerr, Draymond Green y otros miembros del plantel de Warriors, abrazo cargado de amor con su padre, Dell Curry, con el balón del partido en poder familiar y abraz histórico con Ray Allen en mitad de la pista, mientras Reggie Miller, el tercero de la lista histórica, grababa desde la banda, ya que estaba retransmitiendo el partido. ¡Más de 8.500 triples contemplan al trío Curry-Allen-Miller! Todo un lujo juntarlos hoy en Nueva York.

Más tarde, con 6 minutos jugados, Curry fue sustituido, se fue más allá de la banda y abrazó a su madre, Sonya. Otro momento cargado de emoción.

Curry ha precisado 789 partidos para alcanzar su récord, cuando la carrera de Ray Allen se extendió hasta 1.300 encuentros, lo que da una idea del endiablado ritmo del jugador de Golden State desde el perímetro.

Antes del partido, Curry ya había hablado en la pista con Allen, con el que había bromeado en presencia de Spike Lee, el aficionado omnipresente de los Knicks, que esta vez vestía íntegramente de naranja para, como es habitual, no pasar desapercibido.

Una jornada inolvidable para Steph, que estaba visiblemente emocionado por todo lo que estaba ocurriendo en el Madison. No es de extrañar, porque hoy hemos asistido a un pedacito de historia de la NBA.