Lakers está abonado a la agonía. No es que tenga un equipo muy joven para darse con alegría a las prórrogas. Pero lo cierto es que ya ha jugado 3 y las ha ganado todas. Los angelinos han disputado 2 partidos con tiempo extra en las últimas 48 horas. Están ganando fondo en el lenguaje más optimista.
En el más pesimista... 44 minutos a la espalda del todavía tocado Anthony Davis. Y 38 en el cuerpo del muy veterano Carmelo Anthony. El equipo está sin LeBron James. Hoy no jugaron por lesiones musculares Austin Reaves y Rajon Rondo. Y no son estas sus únicas bajas.
La buena noticia es que Lakers fue capaz de ganar a un equipo potente. Miami Heat cayó 120-117 en la prórroga. Jugó con varios hombres importantes tocados. Perdió en la primera parte por lesión a Jimmy Butler. Y su gran referencia dejó de serlo. Bam Adebayo solo pudo jugar 7 minutos en el primer tiempo por culpa de las faltas. Pero al fin y al cabo es un triunfo ante un equipo con enjundia. Nada de Rockets, Thunder y demás zarandajas en la tercera acepción del término.
Lakers se pone 7-5. Lo que es mucho si se tiene en cuenta el juego que está desplegando. Y lo que es poco si se tiene en cuenta el calendario que le ha tocado en suerte.
Otra buena noticia para los de Frank Vogel: su segunda unidad. Los suplentes han producido mucho y bien en los dos últimos triunfos. Hoy, 51 puntos y 9 triples. Con Malik Monk en versión estelar: 27 puntos (5 en la prórroga), 10 de 13 en campo y 4 triples. Lo peor de esa segunda unidad, Dwight Howard. No viene aportando nada. Ante Heat... ¡6 faltas en 11 minutos!
Russell Westbrook hizo otro triple-doble. Suyos 25 puntos, 12 rebotes, 14 asistencias y 8 pérdidas de balón. Sus finales de partido empiezan a ser inolvidables. Anthony Davis fue de más a menos. Se le ve limitado. Acabó con 24 puntos y 13 rebotes. Y bien Avery Bradley (17 puntos). Estuvo acertado desde el perímetro.
El partido lo ganó el que menos lo quiso perder. Porque hay que ver repetido una y cien veces el final de la prórroga. Un auténtico catálogo de horrores. Parecía que nadie quería llevarse la victoria. El cansancio pudo más que la calidad en el desenlace.
Antes, Lakers había estado contra las cuerdas. A 5 minutos del final pocos apostaban por los locales. El marcador era 97-106. Pero fue entonces cuando los de Vogel se sacaron un 13-2 providencial. Para adelantarse 110-108.
Westbrook hizo el 112-110 a 27,4 segundos del final. P.J. Tucker respondió con un mate en rebote ofensivo para el 112-112. Quedaban 23,5 segundos. Y Lakers volvió a insistir de un modo incomprensible en la figura de Westbrook desde el triple. Con 112-112 en el luminoso... ¿la mejor opción era un intento triple de Russ? Así fue. El base lanzó el triple y lo erró. Aunque hay que reconocer que ante Miami anduvo más atinado desde la línea de 3.
Lo de la prórroga fue otra cosa. ¡Cómo sería el cansancio que Duncan Robinson falló 2 libres! Llevaba ya sobre sus hombros 45 minutos de juego.
En el último minuto y medio de la prórroga... una pérdida absurda de Westbrook... ¡4 tiros libres fallados por Miami!... ¡pérdida por 5 segundos sin sacar de Carmelo Anthony!... 2 triples errados por Herro... El segundo no recepcionando bien el balón cuando estaba solo (los defensores locales a por uvas)... Carmelo falló otro libre... En fin, lo dicho: nadie parecía querer ganar. Los dos equipos parecían exhaustos.
Al final, triunfo local. Meritorio triunfo local. Con Lakers en el 50% de tiro. Con los angelinos lanzando bien desde el triple. Con su segunda unidad anotando 51 puntos. En el lado menos amable: ¡22 pérdidas de balón!
Miami está 2-3 en noviembre. Adebayo remontó sus problemas de faltas. Aunque terminó eliminado a 18,7 segundos del final del tiempo extra. Sumó 28 puntos, 10 rebotes y 6 robos de balón. Herro hizo 27 puntos y 5 triples. Kyle Lowry ayudó con 18 tantos y 11 asistencias. P.J. Tucker rubricó un doble-doble. Y Markieff Morris estuvo en la banda vestido de calle. Anda de baja tras la refriega con Jokic. Lakers le tributó un homenaje en forma de vídeo. Y él lo agradeció levantando el brazo amablemente. Mucho más amablemente del modo que lo hizo ante el serbio.