JORNADA NBA / temporada regular 2020-2021

Tatum anota 60 puntos y los Celtics remontan 32 para ganar a Spurs

Histórica noche en Boston con Jayson Tatum igualando el récord anotador de Larry Bird

La primera parte acabó 48-77, la segunda 80-51 y el encuentro se resolvió en la prórroga

Ángel Mustienes |

Hay noches que comienzan como una pesadilla y de repente se tornan célicas, ese tipo de noches que acaban siendo inolvidables para todos, para los que ganan y para los que pierden, ese tipo de noches en las que todo es posible.

El TD Garden vivió una de esas noches improbables, porque el partido Celtics-Spurs fue eso, un delirio propio de estos tiempos. Primera parte: 48-77. Segunda parte: 80-51. Empate a 128, partido a la prórroga y victoria de Boston por 143-140 tras remontar 32 puntos de desventaja, una de las mayores remontadas que se recuerdan en la NBA.

En el centro de la heróica el cambio de mentalidad defensiva del equipo local tras el descanso y un jugador mayúsculo enamorado de la proeza llamado Jayson Tatum.

Tatum tocó el cielo con los dedos y finalmente se quedó a vivir en él. Noche absolutamente incontenible del alero de los Celtics. La suya fue una actuación excesiva en un partido cargado de excesos. Sus números en apariencia hiperbólicos le llevan a ser historia viva de su franquicia.

¡Porque Tatum anotó 60 puntos, 21 de ellos en el último cuarto y 10 más en la definitiva prórroga! Con esos 60 puntos iguala el récord histórico de anotación de un jugador de Celtics, registro que estaba en poder del mismísmo Larry Bird desde que anotó esos mismos 60 puntos el 12 de marzo de 1985 ante Atlanta Hawks. Han pasado 36 años de aquello.

Para guardar en paño la actuación de Tatum: 60 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias, 20 de 37 en el tiro de campo, 5 de 7 en triples y 15 de 17 en libres.

Algo de todo esto se pudo intuir viendo el catastrófico primer cuarto de los Celtics, un cuarto en el que los Spurs jugaron a gran nivel y pasaron por encima de su rival. En ese cuarto (16-39), solo Tatum anotó para Boston en los primeros 11 minutos y 16 segundos del partido. Hasta el momento en el que encestó Tristan Thompson... 12 puntos de Tatum y 0 de todos sus compañeros con 0 de 10 en el tiro. Sí, ya se dejó caer por entonces que si Boston salvaba hoy los muebles sería a través de un milagro de su alero All-Star.

Tal cual, así sucedió. Boston obró una especie de milagro deportivo, pero ese milagro fue posible por el hecho de que Tatum estuvo todo el partido en estado de gracia. Venía el alero de los Celtics de batir su registro anotador en la NBA hace unos días, el 9 de abril, cuando hizo 53 puntos. Pues bien, cerró abril batiéndolo de nuevo. Inolvidable mes para el jugador.

Spurs recorrió el camino inverso a Celtics. Fue del cuento de hadas a la pura antología gore. ¡Menuda sangría! La primera parte de San Antonio resultó ejemplar. Buena defensa, acierto inimaginable en el tiro (¡un 71,4% en el lanzamiento de campo al descanso!), un Dejounte Murray perfecto, un DeMar DeRozan repartiendo juego a diestro y siniestro, buen movimiento de bola, sacrificio de las piezas en aras del bien común, escasas pérdidas y el rival metido en el fango, sin tiro exterior, sin defensa (vergonzosa la retaguardia local en la primera mitad), sin espíritu...

En el segundo cuarto llegaron a tener los Spurs 32 de ventaja y en el tercero 31. Todo parecía un mundo feliz en manos de los texanos, pero la segunda parte de la escuadra de Popovich fue un museo de los horrores, volviendo el equipo a esos partidos en los que su defensa resultó una broma de mal gusto.

Cuando uno remonta 32 puntos entra en un trance total, pero un logro así no puede prescindir de la otra cara de la moneda: muy mal hay que hacerlo para perder una ventaja así.

Al final del tercer cuarto el marcador ya estaba 90-103 y se llegó a la recta final del partido con una igualdad total entre los dos equipos y lucha feroz por el triunfo, tal y como atestiguó la jugada-melé en la que cuatro jugadores quedaron enmarañados en el suelo en pos de la bola.

DeRozan empató desde los libres a 128 con 10,8 segundos por jugar y Tatum no acertó con el tiro ganador. Ese error de Tatum fue un punto y seguido, porque luego el jugador anotaría 10 en la prórroga para liderar el triunfo.

En la recta final del tiempo extra, importantísimo triple de Jaylen Brown a 16,7 segundos del final (Brown tuvo un partido para olvidar en el tiro), error incomprensible en el pase desde la banda de Rudy Gay, tras pedir dos tiempos muertos seguidos Spurs, dos libres anotados por Tatum sin que le temblara el pulso (141-137), triple espectacular cargado de urgencia de Patty Mills a 4,9 segundos de la conclusión (141-140) y perfecta jugada de pizarra de Boston desde la banda para los libres ganadores de Tatum a 4,2 segundos del final, aunque bien podría haber sido aún más definitoria si los árbitros hubieran cobrado en la jugada un 2+1.

Victoria de Boston con 17 puntos de Brown (5 de 24 en el tiro de campo con 1 de 12 en el lanzamiento de 2), 16 puntos y 6 rebotes del joven Aaron Nesmith, que volvió a cuajar una gran actuación, doble-doble de Marcus Smart, titularidad de Robert Williams III, muy buenos números de Tristan Thompson (8 puntos, 15 rebotes y 5 pases de canasta) y ausencia de Kemba Walker.

Los Spurs gozaron de una exhibición de generosidad, que no de acierto en el tiro, de DeMar DeRozan (30 puntos y 14 asistencias con 7 de 21 de cara al aro). Murray hizo una brutal primera parte y bajó el pistón tras el descanso para acabar con 24 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias, Lonnie Walker IV firmó 24 puntos, Rudy Gay hizo 16 en 18 minutos, Jacob Poeltl sumó 15 más 10 rebotes y Keldon Johnson acabó con 14 y 8. No jugó Derrick White.

Boston metió 80 puntos en la segunda parte y 15 en la prórroga, dominó los tableros y lanzó acertadamente de 3. Su cambio radical en defensa tras el intermedio alimentó la remontada, su cambio de mentalidad fabricó este pequeño trazo de historia propia, de historia dentro de una franquicia de por sí histórica.