Golden State Warriors ha ganado 107-111 a Indiana Pacers superando una noche horrible en el tiro de su gran estrella, Stephen Curry. Lo ha hecho teniendo a Draymond Green como jugador clave.
Victoria número 1.000 de los Warriors como visitantes, siendo el quinto equipo de la NBA que llega a dicha cifra siguiendo los pasos de Celtics, Lakers, Sixers y Knicks.
Ha sido este un partido marcado por la ineficacia de los dos equipos desde el triple. Los locales han terminado con una serie de 7 de 29 y los visitantes con una de 5 de 26. La peor noche desde el triple de Warriors en toda la temporada se ha saldado con un triunfo. Esa puede ser una de las mejores lecturas que pueda obtener el equipo de Steve Kerr de un partido básicamente mediocre en el que los dos contendientes han estado en torno a las 20 pérdidas de balón.
No fue la noche de Curry. El gran Steph Curry estuvo esta vez en 1 de 11 desde el triple. Terminó, eso sí, con 24 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias. Kelly Oubre Jr. sumó 17 tantos y un irregular Andrew Wiggins, 15. Aportaron desde la segunda unidad Eric Paschall y el novato James Wiseman, que parece que ha vuelto bien de su lesión. Y esta vez sí jugó el mexicano Juan Toscano-Anderson, aunque solo fueran 3 minutos sin productividad personal.
Eso sí, el jugador clave del partido fue Draymond Green. Contagia su intensidad al equipo, y eso resulta impagable. Fue Green el que lideró la defensa y el que organizó el ataque, fue él quien supo estar en los momentos decisivos y fue él quien puso la cabeza en el final del partido, esa cabeza que le faltó ante los Hornets. El mejor ejemplo fue verle correr al contraataque y pararse en la pista para templar la situación cuando más lo necesitaba su equipo. Terminó con 12 puntos, 9 rebotes y 11 asistencias. Solo lanzó 5 veces a canasta. Se puede dominar una pista sin encarar el aro. Green es un claro ejemplo, de esos que no abundan.
Indiana, mientras, se quedó sin victoria a pesar de los 24 puntos de Malcolm Brogdon y de los 22 puntos, 16 rebotes y 4 asistencias de Domantas Sabonis, el no All-Star más All-Star en este 2021. Firmó su 24º doble-doble del curso.
Además, 15 puntos de Doug McDermott, 14 tantos y 8 rebotes de Myles Turner y 9 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y 4 robos de un T.J. McConnell también contagioso, un tipo que transmite energía positiva en la pista.
El partido ya empezó con desastre colectivo desde el triple: 2 de 10 Indiana y 2 de 12 Golden State en el primer cuarto. Y con muchas pérdidas de balón: 5 por equipo en los 12 primeros minutos. Dos aspectos que no cambiarían a lo largo de la noche.
Stephen Curry se llevó un buen golpe en la nariz en el segundo cuarto tras ejecutar un maravilloso y exitoso finger roll prolongado contra el tablero. Y ya acabó la primera parte con 1 de 7 desde el triple.
Y Warriors fue capaz de ganar a pesar de cometer despistes imperdonables, como los dos robos de balón perpetrados por McConnell a sendos saques de Warriors. El primero de Oubre Jr. para Curry y el segundo de Bazemore para también Curry. Dos jugadas en las que la intensa concentración de T.J. contrastó con la desatención más profunda de los jugadores de Warriors.
Con eso y mucho más, el partido llegó igualado a su final. Importante el mate de Paschall para el 101-107, la falta en ataque de Curry a McConnell que le pudo costar cara a Warriors, el canastón a aro pasado de Brogdon para el 105-107 y la tranquilidad de Curry para llevar desde los libres el marcador hasta el 105-109. Luego, esa jugada ya a la desesperada de Indiana para acortar distancias que acabó con Sabonis y Oubre Jr. por los suelos. Confusa jugada. Pero para entonces ya parecía claro que el triunfo, como así fue, sería del equipo californiano.