Emoción. No hay otra palabra para describir lo sucedido hoy en el Celtics-Thunder. ¡Sentimientos a flor de piel porque André Roberson ha pisado una pista de baloncesto para jugar un partido! No lo hacía desde hace 2 años y medio. Sí, ¡desde hace 2 años y medio!
Una baja que parecía infinita, una lesión que parecía acabar con la carrera deportiva del jugador de Thunder. Pero Roberson no se ha rendido en todo este tiempo a pesar de las muchas recaídas, a pesar del enorme calvario que ha tenido que padecer.
Todo empezó el 27 de enero de 2018. Oklahoma se enfrentaba a Detroit Pistons. Roberson se lesionó de gravedad. Se rompió el tendón rotuliano de la rodilla izquierda. Fueron más de 2 años sin poder volver a jugar, y cuando parecía que llegaba el momento de la vuelta, allá por marzo, lo que llegó a la NBA no fue Roberson resucitado sino la pandemia de Covid-19. Cancelación provisional de la temporada y nueva espera.
Una espera que hoy ha terminado. En un partido preparatorio en la burbuja Disney, sí, en una burbuja de Disney ha cumplido su sueño Roberson, el de volver a jugar.
Thunder ha ganado 84-98 a Boston Celtics con Steven Adams y Shai Gilgeous-Alexander al frente, pero el verdadero protagonista ha sido Roberson, que ha jugado 12 minutos para lograr 5 puntos, 2 rebotes, 1 asistencia y 1 tapón.
Roberson, que todavía está en los 28 años, empieza a sentir que tiene un presente deportivo. Su pasado, antes de la lesión, estuvo marcado por el respeto de la liga hacia un jugador de corte defensivo y proyección colectiva, un especialista que fue capaz en 5 temporadas con Thunder de ser titular en 269 de los 295 partidos de temporada regular que disputó.
Ahora, lo de ser titular o no es lo de menos. El logro ya está conseguido. Porque ese logro no era otro que volver a jugar.