Ahora que está de plena actualidad el agotamiento que supone llevar a una franquicia a una gran racha triunfal ("The Last Dance", Michael Jordan y sus Bulls), el general manager de Warriors, Bob Myers, recuerda cómo la rutina triunfal pasó factura a los Warriors.
Myers ha hablado de la falta de pasión que acompañó al tercer título de Golden State con Steve Kerr y Stephen Curry, segundo con Kevin Durant en sus filas.
"En la segunda temporada con Kevin fue como si nos limitáramos a hacer lo que se supone que teníamos que hacer. Pero ya no había nada de diversión", ha asegurado el alto ejecutivo de Warriors.
Los Warriors habían caído en la rutina del triunfo, estaban empezando a ser atacados por la carga emocional y el cansancio que acompañan a estar en lo más alto durante años.
"Ganar como equipo, todos juntos, es muy difícil. Mantener las relaciones durante esos tiempos es muy duro", ha reconocido Myers.
La dinastía Warriors frenó en seco en junio de 2019, cuando el equipo perdió las Finales ante Toronto Raptors y vio cómo se lesionaban muy gravemente Kevin Durant y Klay Thompson.
El primero terminó el pasado verano en las filas de Brooklyn Nets y el segundo sigue de baja sin haber jugado un solo partido en la presente temporada, una temporada paralizada por el coronavirus, una temporada aciaga para los Warriors en su aterrizaje en San Francisco.