Está parado. En su casa. Siguiendo un confinamiento necesario para luchar contra el Covid-19. No entiende nada de lo que está pasando. Pero intenta mantenerse en forma. Es el renacido Kristaps Porzingis. El jugador que estuvo más de 600 días en el dique seco por una grave lesión.
Los primeros pasos del letón con Dallas Mavericks no pudieron ser mejores. El equipo ha funcionado muy bien esta temporada. Está en puestos de playoffs en el duro Oeste. Y él ha rendido a satisfacción. Dando un paso adelante cada vez que Luka Doncic ha faltado.
La conexión entre Porzingis y Doncic es evidente. Tanto dentro como fuera de la cancha. "Siento que Luka y yo estábamos empezando a alcanzar un gran nivel juntos antes de que todo eso ocurriera", ha asegurado. Son palabras del ex de la ACB para la web oficial de la NBA. Dentro de la campaña NBA Together. Una campaña que busca animar a los aficionados en el parón que ha causado el coronavirus.
Porzingis entrena en casa. Allí tiene una pequeña zona en la que puede ejercitarse. Hace pesas. Monta en bicicleta. Mejora su técnica de boxeo. Intenta poner a tono todo su cuerpo.
"Trato de hacer lo que puedo", dice Porzingis. Porque no quiere perder su estado físico. Ahora que el baloncesto ha quedado aparcado.
Desde su hogar, Porzingis ha querido animar a los españoles. En España jugó antes de dar el salto a la NBA. Allí fue feliz. En Sevilla. Su mensaje es claro: "A toda la gente de España: sed fuertes y haced siempre lo correcto".
Porzingis quiere impulsar una conciencia responsable en la ciudadanía planetaria. "Es muy importante que la gente haga caso a las recomendaciones de los expertos", insiste.
Mientras, él lo hace. Quedándose en casa. Intentando potenciar el hábito de la lectura. No olvidando su cuerpo. La herramienta con la que se gana la vida. La herramienta que le hace brillar en la mejor liga del mundo.