Pocos partidos parecían tan desequilibrados a priori en la maratoniana jornada del Black Friday como el Sixers-Cavaliers. Los Sixers se presentaban en el envite con un 10-0 como locales y los Cavs lo hacían con un 0-8 como visitantes. Pues bien, los pronósticos saltaron por los aires.
Increíble, pero cierto. Cleveland ganó su tercer partido de la temporada (3-14) y el primero fuera de casa, rompiendo el carácter invicto de Philadelphia en su feudo.
Victoria por 112-121 metiendo 67 puntos tras el descanso y 37 en el cuarto final, un cuarto en el que el visitante Jordan Clarkson brilló con luz propia al anotar 14 de los 19 puntos que metió en el partido.
Rodney Hood encabezó el triunfo con 25 puntos y 5 triples, el novato Collin Sexton metió 23 tantos, el joven Cedi Osman se fue a 20 con 8 rebotes y el rocoso Tristan Thompson firmó 18 puntos y 13 rebotes.
De nada le sirvió a los Sixers tener a 4 jugadores en la veintena. Joel Embiid acabó con 24 puntos y 12 rebotes, J.J. Redick sumó 23, Ben Simmons hizo 22 y 10 asistencias y Jimmy Butler añadió otros 22. Ninguno abusó del tiro, todos compartieron responsabilidades y cada uno de ellos lanzó a canasta con eficacia.
Los problemas de Sixers fueron otros, fundamentalmente la defensa y el rebote.
Nadie esperaba un desenlace así. Sorpresón en Filadelfia.