JORNADA NBA / TEMPORADA REGULAR 2018-2019

LeBron regresa a Cleveland como un gran héroe

Partidazo de James en la victoria con Lakers tras un gran recibimiento de la afición

Ángel Mustienes |

Todos los focos estaban puestos en LeBron James
Todos los focos estaban puestos en LeBron James (Prensa Internacional/Zuma Press/Icon Sportswire)

¡Qué distinto regreso el de LeBron James! Nada que ver con el infierno que vivió el jugador en 2010 cuando volvió por primera vez a Cleveland con la camiseta de Miami Heat. Este segundo regreso, ahora con la indumentaria de Lakers, fue mucho más civilizado.

En realidad, LeBron James ha sido recibido en el Quicken Loans Arena a lo grande, como un héroe, como un dios. La gran diferencia esta vez es que se marchó de Cleveland con los deberes hechos, habiendo dado a la franquicia su único título NBA y habiendo demostrado un compromiso inquebrantable con el club y con su tierra.

Desde el principio, LeBron sintió esta noche el cariño de la franquicia, de la afición y de sus excompañeros. Muchos gestos amables en la pista, muchos. Empezando por el habitual 'speaker' del pabellón. James fue el último en ser presentado y el presentador dijo: "¡Bienvenido a casa, LeBron James!".

Luego, ya en la pista, James no tuvo piedad de su antiguo equipo, que ha quedado hecho un erial con su marcha, pero que esta vez peleó por la victoria hasta el final. De hecho, el triunfo hubiera sido de Cleveland si no hubiera mediado la figura de LeBron, que resultó decisivo en la recta final y que terminó el encuentro con 32 puntos, 14 rebotes y 7 asistencias.

Los Lakers han sufrido para ganar 105-109 y ponerse 10-7 en la clasificación. Con Lonzo Ball elevando sus prestaciones y secundando a James, y con Kentavious Caldwell-Pope asegurando al final la victoria desde el tiro libre.

Cedi Osman, Jordan Clarkson y Tristan Thompson fueron los mejores locales.

Al final del partido, se podía ver a LeBron con una sonrisa en los labios. Todo había fluido. Atrás, muy atrás, queda aquella infernal jornada del 2 de diciembre de 2010, cuando una locura colectiva preñada de odio se abatió sobre él por parte de una afición de Ohio que se sentía traicionada. Las cosas han cambiado mucho desde entonces. La condición de LeBron ahora en Cleveland es la de héroe local, y así quedará para siempre.