Partidazo de Pelicans. No hay otro resumen del tercer enfrentamiento entre Pelicans y Warriors. Los de Nueva Orleans ya dieron un aviso ofreciendo un gran rendimiento en el Oracle Arena en el segundo juego y en el tercero desplegaron lo mejor de su amplio catálogo como equipo.
Fue toda una exhibición local tanto en ataque como en defensa ante una afición entregada que vio cómo Anthony Davis mostraba todo su poderío y cómo Rajon Rondo regalaba todo un clinic a la hora de dirigir al equipo.
Davis se quedó con los aros de forma dominante para terminar con números de impresión: 33 puntos, 18 rebotes y 4 robos. Rondo solo metió 4 puntos tirando mal, ¡pero acabó con 21 asistencias y 10 rebotes!
Todo se rompió en el tercer cuarto. En la primera parte, el resultado había sido de 62-56. Warriors aguantó como pudo el chaparrón de unos Pelicans que llegaron a dominar por amplias ventajas en los dos primeros cuartos. Y es que la primera mitad fue un anticipo de lo que sería la segunda, solo que Golden State minimizó las pérdidas gracias a Klay Thompson.
En el intermedio, el partido era de Nikola Mirotic (14 puntos y 7 rebotes) y Jrue Holiday (14 puntos, 5 rebotes y 2 tapones). También de Rondo. El base tuvo otro intercambio duro de palabras con Draymond Green en el primer cuarto, pero Green no pudo nunca aplacar con su defensa el universo creativo y organizativo de Rondo, que ya en la primera mitad había repartido 10 asistencias. Además, Solomon Hill explotó al anotar 3 triples nada más salir al partido, lo que dio alas a los suyos.
Pelicans acabó la primera parte con 10 triples de 16 intentos (esos 10 triples constituyen un récord en la historia de la franquicia), habiendo asistido 18 de sus 24 canastas, con un 22-2 en rebotes en su aro... y si no machacaba a Golden State era porque el bueno de Klay Thompson había metido ya 20 puntos por entonces.
Un gran tercer cuarto
Se reanudó el partido y Pelicans retomó sus mejores armas en el tercer cuarto, con fluidez ofensiva y una gran agresividad defensiva que desarboló al equipo de Steve Kerr.
Rajon Rondo y Anthony Davis formaron ya el dúo perfecto para poner a su equipo con 20 puntos de ventaja, una diferencia que los Warriors nunca habían experimentado en los presentes playoffs. Pero la cosa no quedó ahí, ya que la diferencia en el marcador llegó a ser de 25 puntos en el tercer acto (en el último cuarto se estiró hasta los 26).
Al final del cuarto, parcial de 30-19 para un contundente 92-75. New Orleans era una máquina y la grada enloquecía con su equipo a la espera de los 12 últimos minutos.
No hubo emoción en el cuarto final. Pelicans ganó 119-100 con números estelares de Davis y Rondo y con cifras colectivas para tener en cuenta: 36 asistencias, un 50% en el tiro de campo y un 45% en triples. Pero es que la defensa local dejó a Warriors en un pobre 38% en campo y en un 29% en triples tras solo anotar 9.
Holiday acabó con 21 puntos, Ian Clark le endosó 18 a su exequipo en 22 minutos y Mirotic sumó 16 tantos y 13 rebotes en 34 minutos (muy bueno su partido).
Kerr salió esta vez con Stephen Curry y JaVale McGee como titulares, terminando el base con 19 puntos y 4 robos en 29 minutos tras hacer un 6 de 19 en el tiro. Klay Thompson acabó con 26 puntos tras apagarse en la segunda parte, Kevin Durant añadió 22 y Draymond Green se quedó a las puertas de un triple-doble con 11 puntos, 12 rebotes y 9 asistencias.