La jornada de ayer contó con un partido menos de los programados. El Pelicans-Pacers iba a comenzar con retraso por las goteras existentes en el Smoothie King Center, pero terminó aplazándose ante la imposibilidad de resolver el problema.
Llovió durante todo el día en Nueva Orleans. Hasta ahí, ninguna noticia relevante. Pero lo que sí fue noticia fue el coladero existente en el pabellón de los Pelicans. El agua de lluvia se filtró por el techo y cayó, no poca, en la pista.
El técnico local, Alvin Gentry, miraba al techo y al suelo sorprendido. Y los operarios del pabellón intentaron resolver la situación en la pista, pero fue imposible.
El club aseguró que el aplazamiento era inevitable porque para conocer el origen de la fuga habría que inspeccionar con tranquilidad la cubierta de la instalación deportiva.
El partido no se jugó finalmente y ahora habrá que ver qué nueva fecha fija la NBA para el encuentro.