Andrei Kirilenko ha pasado en dos meses de ser jugador de baloncesto a convertirse en máximo dirigente federativo de su país. Porque el ex integrante de la NBA ha sido elegido hoy sin oposición en Moscú presidente de la Federación Rusa de Baloncesto.
No va a ser nada fácil la labor del ex de Jazz, Wolves y Nets, ya que la federación rusa se encuentra sumida en una profunda crisis, una crisis que incluye una relación rota con la FIBA, que excluyó a Rusia del próximo Eurobasket, aunque poco después levantó su sanción.
Kirilenko dejó el baloncesto en junio tras haber protagonizado una gran trayectoria deportiva tanto con la selección rusa como en la NBA, donde jugó 797 partidos con Utah, Minnesota y Brooklyn en los que promedió 11,8 puntos, 5,5 rebotes, 1,8 tapones y 2,7 asistencias.
El ex internacional ruso accede a la presidencia de la federación de su país con solo 34 años y mucho que arreglar en una institución plagada de escándalos. Una de sus primeras labores será reconstruir la relación con la FIBA. Y es que Kirilenko ha reconocido que habrá que luchar para dejar atrás "una muy profunda crisis de confianza" en la federación.