ANÁLISIS

Gerald Green: 'El Asesino de los Cuatro Dedos'

El matador de la NBA que perdió dos falanges de un dedo cuando era un chaval

Ángel Mustienes |

Gerald Green busca una canasta ante los Wizards
Gerald Green busca una canasta ante los Wizards (Harry E. Walker/Zuma Press/Icon Sportswire)

Junio de 2005. Un joven que no ha pasado por la universidad sube al escenario. Ha sido elegido en el puesto 18 del draft. Arriba, le recibe con gesto alegre el entonces comisionado de la NBA, David Stern. Entonces, el jugador le da la mano izquierda mientras guarda la derecha en el bolsillo a pesar de ser diestro. Segundos después, Stern le anima a sacar la mano del bolsillo y le estrecha con ganas la mano derecha antes oculta, una mano que solo tiene cuatro dedos.

Enero de 2015. Ha pasado una década y ese joven se ha instalado con seguridad en la NBA, de la que llegó a ser ganador del Concurso de Mates en 2007. Su equipo en ese momento, Phoenix Suns, tira de mercadotecnia y olfato económico y saca a la luz un guante especial con cuatro dedos que cuesta 12 dólares. Lo hace en honor a aquel joven que ocultó su mano: Gerald Green. Se trata de un guante de espuma que se vende como churros. Lleva su nombre (Gerald Green), su dorsal (el 14) y luce una leyenda inequívoca: “El Asesino de los Cuatro Dedos”. Porque todos le consideran un auténtico asesino cuando la vuelca en la canasta rival.

La vida es así. De un defecto puede nacer una virtud. No es Green ni el primer ni el último jugador de baloncesto al que le falta un dedo y vive en la élite. Bueno, a él, en realidad, aún le queda un pequeño recuerdo del dedo que perdió cuando estudiaba sexto grado. El accidente sucedió en su casa. Fue a hacer un mate en la canasta familiar cuando el anillo que llevaba en su dedo anular, y que se olvidó de retirar, se enganchó con un clavo de sujeción de la canasta. Resultado: perdió dos falanges del dedo.

Poco le importó al chaval a la hora de rendir en la cancha. Aquel chico texano, nacido en Houston en 1986, brilló sobremanera en el instituto. Su yo baloncestístico en 'high school' resultó demoledor y en su último año en Gulf Shores Academy, en Houston, promedió 33 puntos, 12 rebotes, 7 asistencias y 3 tapones. Era la caña.

Esos numerazos le llevaron a ser All-American. Green era un 'top' nacional a su edad y un posible reclutamiento universitario de 5 estrellas, la máxima categoría posible. Pero nunca pisó la universidad. Aquel chico dio el salto directo del instituto a la NBA. Sin medias tintas. Tal vez fuera demasiado prematuro, pero lo cierto es que aquel día de junio de 2005 Gerald terminó estrechando su mano con cuatro dedos con la mano impoluta y poderosa del mandamás de la NBA, David Stern.

Una trayectoria hacia la madurez

Desde aquellos tímidos comienzos en los Celtics de Boston, cuando para muchos aficionados Green solo era salto, hasta ese 2015 en el que los Suns de Phoenix comercializaron su guante especial, pasaron muchas cosas, y el chaval de 19 años que escondía la mano por miedo a no ser valorado terminó por convertirse en un maduro jugador de la NBA que ahora tiene 29.

Entre medias, ganó el Concurso de Mates de la NBA en 2007 y fue MVP del All-Star de la Liga de Desarrollo en 2012 cuando jugaba en Los Angeles D-Fenders tras anotar en el Partido de las Estrellas 28 puntos en 24 minutos. Fue aquel un momento de catarsis, un punto de inflexión que le hizo volver con más fuerza a la NBA. Porque entre 2009 y 2011, Gerald Green se había tenido que buscar la vida en Rusia y China.

Tras ese itinerario internacional y ese reconocimiento en la liga filial de la NBA, Green volvió con más fuerza y alcanzó su máxima expresión con los Suns en la temporada 2013-2014 al promediar 15,8 puntos por partido con un 40% de acierto desde el triple. No se perdió ni un solo encuentro de fase regular, jugó los 82.

Ahora, ha fichado por Miami Heat, un equipo que sabe que Green puede aportar mucho a la profundidad de su plantilla. Porque Green es un jugador que ha disputado 428 partidos en la NBA teniendo solo 4 dedos útiles en su mano de tiro. Su sueño, como el de todo jugador que vive en esta liga, no es otro que lograr el anillo de campeón. De lograrlo, no lo lucirá en el dedo anular de la mano derecha... pero tendrá otros 9 dedos para lucirlo.