JORNADA NBA / playoffs 2013 (finales este)

Los Pacers recuperan el pulso ante Miami y empatan a 2 las Finales

LeBron contempla la derrota desde la banda tras cometer 6 faltas

Roy Hibbert lidera Indiana Pacers secundado por Stephenson y Hill

hispanosnba.com |

Haslem y Bosh nunca pudieron parar a un gran Roy Hibbert
Haslem y Bosh nunca pudieron parar a un gran Roy Hibbert (Zuma Press/Icon SMI)

LeBron James contempló la derrota de su equipo desde un lugar completamente atípico para él: la banda. Porque la estrella de Miami fue eliminado al cometer su sexta falta a 56 segundos del final. Su equipo, sin él, no supo jugar esos últimos instantes.

La eliminación de LeBron resulta casi insólita, por cuanto es la primera que sufre esta temporada tras disputar 89 encuentros y es la segunda vez que le ocurre en los 128 partidos de playoffs que ha jugado en la NBA. Por lo tanto, resultaba llamativa la imagen de James en el banquillo, dando muestras de impotencia, con el nervio en el cuerpo que le pedía saltar a la cancha. Sin él, su equipo se desmayó definitivamente en los últimos ataques, ofensivas que resultaron francamente desacertadas.

Victoria de Indiana que demostró personalidad, carácter y raza. Tras perder contundentemente por 18 puntos el tercer partido de la serie, el equipo recuperó el pulso a partir de una vuelta a su convincente trabajo defensivo. Sus 5 titulares anotaron dobles figuras. Roy Hibbert fue el mejor, aunque también fueron importantes jugadores como Lance Stephenson, George Hill o David West. Las Finales del Este permanecen vivas.

Indiana 99 Miami 92 (2-2)

La mejora defensiva de Pacers y el crecimiento como jugador de Roy Hibbert fueron elementos cruciales en una victoria que demuestra el grado de convencimiento que el equipo de Frank Vogel ha llegado a adquirir. Y es que transcurridos 4 encuentros, Indiana sigue tuteando a Miami tras superar algunas circunstancias que han puesto a prueba su fortaleza mental como grupo.

Algunos podrían pensar que tras ganar por 18 puntos el tercer partido, Miami tendría fácil las cosas en el cuarto. Nada más lejos de la realidad. Lo que parecía obvio, se hizo realidad: Indiana tomó nota de ese tercer partido. Fue así capaz de regresar al origen de su bien ganada fama defensiva. Nada de recibir 70 puntos al descanso… con 47 ya fueron bien servidos esta vez los Heat.

El partido fue de lo más equilibrado. Y no le faltó pasión, tensión, dudas, atropello, brillantez, descaro, físico y tantas otras cosas que hacen amar al baloncesto. Poco importó que por momentos lo pasional se llevara por delante la calidad, porque el encuentro, en general, fue un bonito encuentro de playoff, con la carga de adrenalina propia de los grandes momentos.

Indiana se había distanciado al final del tercer cuarto. Miami había alcanzado su máxima ventaja a 7:35 del final de dicho cuarto. Un 54-60 nada definitivo tras intercambio feliz de canastas, buen trabajo defensivo y brillante desempeño de Mario Chalmers, que por entonces ya acumulaba 16 puntos. Pero fue pedir tiempo muerto Frank Vogel y cambiar por completo el decorado. Parcial de 7-0 para un 61-60 y tiempo muerto visitante, un parcial que llegó a extenderse tras el tiempo hasta un 15-4 para un 69-64 con triple de George Hill.

Ese parcial encarnó los minutos más delicados para Miami porque se le juntó todo. Al parcial se unió la marcha a los vestuarios cojeando de Chris Bosh y el daño en un tobillo de LeBron James. Afortunadamente, Bosh se reincorporó más tarde al juego y James no llegó nunca a abandonarlo. No sólo no lo abandonó, sino que poco después del pequeño susto sufrido LeBron le plantó un tremendo tapón a George Hill. Dwyane Wade, mientras, se empecinaba en causas perdidas en ataque.

Parecía éste un tiempo de peligros para Heat. Y lo fue al final en 2 segundos fatídicos en lo deportivo. En esos 2 segundos, le pitaron una falta en ataque inexistente a LeBron James cuando estaba bajo su propia canasta y Lance Stephenson clavaba en la jugada siguiente un triple sobre la bocina para dejar el marcador en un 77-70 al final del tercer período.

El cuarto cuarto empezó con los Pacers poniéndose 9 arriba (81-72) tras palmeo de Ian Mahinmi a tiro sobre la bocina errado por West (este tipo de canastas que hacen daño) y cesta interior de Roy Hibbert. Restaba 8:42 para el final y todo parecía sonreír al equipo local. Hasta que una mala decisión del colegiado Joey Crawford sembró el desconcierto en Indiana.

Anotó Tyler Hansbrough pero Crawford anuló la canasta al considerar que se había acabado el tiempo de posesión al no tocar aro el tiro anterior. Nada más lejos de la realidad. El rebote en el aro se había visto hasta desde Florida.

A partir de ahí, el partido intensifica su lado pasional y Miami remonta hasta empatar a 83 con un triple de James a 6 minutos del final. Luego, un 2+1 de Wade pone el 83-86 completándose así un parcial de 2-14 tras la decisión calamitosa de Crawford.

En ese momento, Indiana recupera fuelle y se produce una bella concatenación de hechos. A ese gran 2+1 de Wade le responde con otro aún mejor Paul George y al 2+1 de George le replica Ray Allen con un triplazo desde la esquina.

A 4:55 del final, Wade hace su quinta falta y a 3:28 de la conclusión una canasta de Stephenson deja el luminoso en un iguales a 89. La cosa está que arde.

El marcador se equilibra al máximo y el juego pierde precisión para ganar en intensidad. ¡Qué lucha, qué tensión, qué bello partido a pesar de la densidad ofensiva, a veces tendente a lo improductivo!. Los jugadores acaban varias veces por el suelo tras balones vivos que no tienen dueño, se ven varias pedradas indecorosas en intentos de jugadores del calibre de Wade o George… y Hibbert aparece en el momento adecuado para culminar su gran partido. Son 5 puntos suyos los que ponen el 94-89 en el marcador. Y es entonces cuando LeBron saca su varita de estrella mágica para meter un triple redentor para los suyos: 94-92 a 1:20 del final.

Pero Indiana no se rinde. Stephenson anota el 96-92, un Stephenson tan atrevido como siempre, para bien y para mal. Tras ello, la jugada crucial. Ataca Miami para acortar y James hace falta en ataque a 56 segundos del final. Es su sexta falta y se va a la calle. Lo casi nunca visto.

Es aquí cuando se ve que Miami sin LeBron no es lo mismo. Los árbitros revisan vídeo y le dan un balón dudoso a Miami con 36 segundos por jugar. Aún hay vida en Florida. Pero cuando hay que decidir no está LeBron. Y en su lugar anda un Wade bastante atolondrado todo el partido y un Bosh inexistente. Wade agarra la pelota, pero cuando tiene que tirar de 3 (el gran punto flaco de su juego) duda, y lo hace tanto que termina haciendo pasos y regalando el partido definitivamente al rival. La grada se enciende, Pacers lo celebra. Las Finales del Este siguen vivas.

Indiana gana 99-92 con 23 puntos y 12 rebotes de un Hibbert que hizo daño durante todo el partido en la pintura, de forma reiterada y profunda. Stephenson suma 20 puntos, Hill se va a los 19 con 5 rebotes y 6 asistencias y West añade 14 con 12 rebotes. Los 5 titulares meten 12 o más puntos. El menos efectivo de todos, Paul George, que se desfonda defendiendo a LeBron, una defensa que alcanza, por momentos, un gran nivel.

Pacers domina de calle el rebote haciendo sufrir mucho a Miami en la canasta visitante y anota 50 puntos en la pintura por 32 de Heat.  Miami, mientras, vuelve a bordar el control del balón. Y a las 4 pérdidas del partido anterior, le suceden 6 en éste.

LeBron acaba con 24 puntos y 4 de 7 triples, Chalmers da un paso adelante hasta los 20 tantos y Wade suma 16 con 6 pases de canasta. Se hace más presente Ray Allen. Pero el equipo está a años-luz del rendimiento del tercer partido. Bosh es la gran decepción y Chris Andersen desaparece como elemento catalizador, como elemento que contagia intensidad y acción.

Miami no pierde nunca la cara al partido a pesar de que casi siempre va a remolque desde el 11-0 inicial (con 7-0 Erik Spoelstra pide tiempo muerto con 2 minutos jugados), 11 puntos que son la mayor ventaja en todo el partido de cualquiera de los equipos. Pero no perder la cara al partido tampoco le da para ganar. Y ahora la eliminatoria está empatada a 2, con un equipo joven y vibrante que se le está subiendo a las barbas. Aún así, los de Florida siguen siendo favoritos. Eso sí, su desgaste lo ve desde la barrera San Antonio Spurs.