San Antonio Spurs es algo más que un outsider muy lejano con poderío. Y también parece alcanzar una categoría superior a la de candidato en la sombra. Anoche, el equipo texano presentó sus credenciales reales, que pasan por aspirar a todo, aunque después no logre nada.
Porque los Spurs ganaron con enorme solvencia a OKC, actuales subcampeones de la NBA, y lo hicieron sin Tony Parker en sus filas y con Tim Duncan y Manu Ginóbili apoyando fuerte, pero sin estar en primera línea de fuego. El brasileño Tiago Splitter fue la figura del partido y calló algunas bocas.
Mientras, otros dos ex del entonces Tau de Vitoria, Luis Scola y José Manuel Calderón, también lo hicieron bien en la jornada del lunes, pero, como suele pasar, perdieron sus respectivos partidos, porque Phoenix y Detroit no son, hoy por hoy, equipos competitivos. Los Suns cayeron ante los poderosos Nuggets, donde brilló Kosta Koufos, y los Pistons cedieron ante Jazz, donde sobresalió un Mo Williams que empieza a salir del pozo de su lesión.
San Antonio 105 Oklahoma City 93
San Antonio sentó cátedra en el AT & T Center ante OKC y reclamó su legítima candidatura al título. Ganaron los Spurs sin Parker a los subcampeones y lo hicieron con el máximo protagonismo de la segunda línea de jugadores excelentes que andan aún a la sombra del 'big three' texano. Hablamos de Tiago Splitter, la estrella del partido, Kawhi Leonard, algo más que un monumental defensor, y Danny Green, un letal tirador.
Splitter completó la actuación que necesitaba para mostrar su calidad en un gran partido. El brasileño estuvo a un nivel excelso. Logró 21 puntos, capturó 10 rebotes y metió 9 de sus 11 tiros de campo. Lideró el triunfo local. A su lado, Leonard defendió mucho, pero también atacó lo suyo hasta anotar 17 puntos, y Green metió 16 tras estar perfecto desde el triple con un 4 de 4.
No necesitaron los Spurs ni siquiera las mejores versiones de Tim Duncan, que no lo hizo mal, y Manu Ginóbili, que ayudó desde la segunda unidad con 12 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias en 24 minutos, aunque hubiera momentos en los que no estuviera especialmente fino. Manu fue pieza elemental de una suplencia que superó a la suplencia rival.
Hubo dos momentos claves en el partido. El primero surgió en el segundo cuarto. En el inicio del mismo, Thunder dominaba por 13 y parecía un equipo sólido como una roca. Pero llegado ese momento explotaron los Spurs con un parcial de 33-9, ¡con 11 puntos en un solo minuto!, que volcó el partido por completo. El 35-18 con el que concluyó el segundo cuarto dio alas a los locales.
El segundo momento crucial, éste definitivo, llegó al inicio del último cuarto, que empezó con San Antonio 9 puntos arriba. Ese inicio resultó demoledor para Oklahoma. Los locales fabricaron un parcial de 9-0 con 4 canastas de 4 hombres diferentes: Boris Diaw, Tiago Splitter, Manu Ginóbili y Danny Green, que hizo triple. Ese 9-0 llevó el luminoso a un incontestable 92-74, un +18 a 9 minutos del final. Así mató el partido San Antonio, a lo grande, arrollando a uno de los grandes favoritos para el título, demostrando que el AT & T Center (26-4 en casa para Spurs) va a ser un fortín en playoffs.
Los Spurs metieron más del 50% de sus tiros, sufrieron algunos problemas en el rebote, pero, sobre todo, defendieron de cine para ganar y seguir liderando el Oeste con un 49-15 por el 47-17 de Thunder, que es segundo.
En OKC, brillaron los de siempre. Kevin Durant, que tiró poco, terminó con 26 puntos y 11 libres sin error alguno, Russell Westbrook hizo 25 puntos tras acaparar protagonismo ofensivo y el internacional español Serge Ibaka rindió a gran nivel con 13 tantos, 16 rebotes y 3 tapones. Pero el resto del equipo no acompañó.
Phoenix 93 Denver 108
No hubo sorpresa en Arizona. Denver continuó con su magnífica trayectoria, culminó su victoria en un convincente cuarto cuarto y encadena ya su noveno triunfo consecutivo para seguir con la tercera mejor marca en el Oeste: 43 victorias y 22 derrotas. Sólo Spurs y Thunder le superan.
El equipo de George Karl es una máquina de jugar al baloncesto, un baloncesto con un sello de identidad propio, intrasferible. Sin ir más lejos, anoche, más de lo mismo: ¡74 puntos anotados en la pintura!. Una cifra pantagruélica.
Phoenix ofreció buena imagen y el partido discurrió bastante igualado hasta la recta final. Eso sí, los Suns no tuvieron nunca a su alcance a Denver. Lo más que se acercaron en el último cuarto fue a 7 puntos para perder comba definitivamente en los 4 minutos finales del encuentro.
Luis Scola fue el mejor jugador local. El bonaerense jugó esta vez algunos minutos más de los habituales, que suelen ser pocos para la calidad que atesora. Tuvo el porteño una actuación muy completa con 9 puntos, 13 rebotes y 6 asistencias en 29 minutos. Wes Johnson anotó 18, Marcus Morris hizo 16 y el iraní Hamed Haddadi volvió a brillar con 13 puntos, su mejor marca en la NBA, 8 rebotes y 2 tapones en sólo 19 minutos, y metiendo todos sus tiros libres, 5.
En Denver, el jugador de la noche fue otro chico que tiene que explotar algún día, Kosta Koufos, pero al que se le van pasando los años. Anoche, su mejor anotación NBA, 22 puntos, acompañados de 10 rebotes en 26 minutos. Metió 10 de sus 11 tiros. Fue una pesadilla para Suns. Además, 20 tantos en 26 minutos de Corey Brewer y 19 puntos de Ty Lawson. Y esta vez, JaVale McGee se quedó sin hacer un tapón.
Utah 103 Detroit 90
Utah venía de perder 4 partidos al hilo, racha negativa que cortó anoche ante un equipo, Detroit, que ya encadena 6 derrotas consecutivas y que anda bajo mínimos. Un triunfo, el de los Jazz, que les permite situarse con 33-31 y empatar con los Lakers en la octava plaza del Oeste, la última que da acceso a playoffs.
Otra vez el español José Manuel Calderón rindió a buen nivel y su equipo acabó con derrota. Las últimas semanas de los Pistons están siendo pésimas. El equipo sigue sin tomar aire y se está ahogando. No ayudó a que respirara el hecho de que a los 4 minutos de juego Brandon Knight se torciera un tobillo y ya no regresara al juego.
El equipo visitante luchó por la victoria hasta donde pudo en una cancha en la que Utah se hace fuerte. Y los Jazz no perdonaron en la recta final, donde se notó mucho que había un equipo que se jugaba mucho, Utah, y otro que jugaba sin alicientes, Detroit.
Lo más positivo para Jazz, además del triunfo, fue ver por fin recuperado a su base de referencia, Mo Williams, que se perdió 32 encuentros por lesión. Ante Detroit, por fin ofreció un gran nivel: 20 puntos y 6 asistencias en 26 minutos. Fue la estrella local. Al Jefferson sumó 16 tantos y 10 rebotes y los suplentes se fueron a 54 tantos con 3 jugadores en dobles figuras anotadoras: Marvin Williams, Gordon Hayward y un gran Enes Kanter (14 tantos y 8 rebotes en 20 minutos).
Como cabía esperar, el rebote fue local sin disimulos. Pistons controló muy bien sus posesiones, pero arriesgó poco. Su ofensiva resultó predecible y poco fluida. Greg Monroe, Jonas Jerebko y Rodney Stuckey fueron los máximos anotadores visitantes con 15 tantos, que Monroe acompañó con 13 rebotes para ser el mejor de los suyos. Bien Calderón con 14 puntos, 7 asistencias, 2 robos y un 6 de 8 en el tiro en 37 minutos y mal Charlie Villanueva con 2 puntos tras errar 6 de sus 7 lanzamientos. Detroit sigue en el pozo.