Terminó la incertidumbre. Los Kings seguirán jugando en Sacramento la próxima temporada después de que la familia Maloof, propietaria del equipo, haya renunciado a solicitar el traslado de la franquicia a Anaheim, al menos, por ahora.
El plazo para tomar una decisión se agotaba hoy y los Maloof han optado por mantenerse en la ciudad que ha acogido a la franquicia durante los últimos 26 años. Una decisión vista con buenos ojos por la liga, que no era demasiado partidaria del traslado, y que sin duda habrá tranquilizado a los aficionados de la capital californiana.
Eso sí, la prórroga por el momento es solo para la próxima temporada, tal y como ha dejado claro George Maloof, momento en el cual los propietarios se volverán a plantear la situación del equipo y la conveniencia o no de un traslado.
La pelota queda ahora en el tejado de Kevin Johnson, alcalde de Sacramento, que deberá promover un acuerdo que permita la construcción de un nuevo pabellón en la ciudad que sirva de escenario para los partidos del equipo. El que dicho proyecto salga adelante es condición 'sine qua non' para que los Kings permanezcan en la ciudad a medio y largo plazo. La NBA les ha dado de plazo hasta el próximo mes de marzo para presentarlo.
Aun así, la situación financiera de la franquicia sigue siendo delicada, como lo es la de sus propietarios, y aunque los Maloof han reiterado que no tienen intención alguna de vender el equipo, lo cierto es que muchas cosas tendrán que cambiar en lo deportivo y financiero para que el próximo año por estas fechas no estemos hablando nuevamente del traslado de la franquicia.