Los New York Knicks celebrarán esta noche, en el descanso del partido que les enfrenta alos Milwaukee Bucks en el Madison Square Garden, una ceremonia de homenaje al equipo de los Knickerbockers que se proclamó campeón de la NBA en la temporada 1969-1970.
El motivo no es otro que los 40 años transcurridos desde dicha efeméride, tan añorada por los aficionados de un equipo que, en su mayor parte, no han visto nunca a los suyos levantar el trofeo de campeón. Y es que si su primer título es de hace 40 años, el segundo, y último hasta el momento, data de hace 37 (1973). Sólo los más veteranos aficionados del equipo guardan recuerdo de ello.
En la ceremonia de esta noche estarán presentes buena parte de los jugadores que formaron aquel legendario equipo. Hombres como Willis Reed, capitán del equipo y MVP de las finales y de aquella mítica temporada para los neoyorquinos, Walt Frazier, Bill Bradley o Dick Barnett. “No puedo creer que hayan pasado 40 años”, declaraba Reed al New York Daily News mientras asistía al entrenamiento de los Knicks en Greenburgh.
“Cuando ganamos en el 70, creía que podríamos volver a hacerlo. Luego tuvimos suficiente suerte como para repetir en el 73, de lo que nadie se acuerda. La mayor parte de los aficionados de los Knicks probablemente no recuerden que ganamos en el 73”, afirmaba Reed.
Y es que el segundo título del equipo ha estado siempre ensombrecido por la épica consecución del primero en el séptimo partido ante los Lakers y la dramática entrada en escena del propio Reed, cojeando por culpa de una rodilla lesionada, para derramar hasta la última gota de sangre sobre la pista.
De aquel último partido, vencieron los Knicks 113-99, la estrella fue Walt Frazier -36 puntos, 19 asistencias y 7 rebotes-, pero la imagen de su renqueante capitán haciendo un último esfuerzo quedó en la retina de todos los aficionados del equipo.
Lástima que la fiel afición que sigue al equipo neoyorquino por todo el mundo no haya podido disfrutar de otro momento igual desde hace tantos años. En los 90, con el gran Pat Ewing como líder, estuvieron cerca, pero entonces, como lamenta Reed, se les cruzó por medio un genio llamado Michael Jordan.